Las calles Alegre y San Sebastián, en pleno corazón de Mijas Pueblo, vivían desde antes de las 18 horas esos momentos que huelen a ilusión, nervios y respeto; esos minutos en los que nazarenos y hombres y mujeres de trono ultiman los detalles… túnicas, guantes, faraonas, capirotes; tiempo en el que se pasa lista y, poco a poco, todos van ocupando su lugar. En la Casa Hermandad de la Venerable Archicofradía Dominica del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, María Santísima de los Dolores, Nuestra Señora del Rosario, San Juan Bautista y Santo Domingo de Guzmán estaba todo listo para que dieran las 19 horas de este Jueves Santo. Tras dos años sin salir a la calle, y con la lluvia que deslució la procesión de 2019, por fin, sus imágenes volvían a salir a recorrer el pueblo, y lo hacían en una plácida y soleada tarde de primavera, en la que se agradeció la ausencia de la lluvia y del viento.
Y así fue. A la hora prevista se abrían las puertas de la casa hermandad. Las notas de la Agrupación Musical Santos Ángeles Custodios de Rute (Córdoba) sonaban en la calle Alegre. Los 50 hombres de tronos ocupaban su lugar bajo el Dulce Nombre de Jesús vestidos con sus túnicas y faraonas moradas, mientras que el capataz, Salvador Pulpillo, se encargaba de guiarles en la angosta salida. Fuera esperaba el séquito formado por 80 nazarenos. Minutos después, cuando el Dulce Nombre de Jesús ya bajaba por la calle San Sebastián camino a la plaza Libertad, era la Banda de Música de Nuestra Señora de Gracia de Moclinejo (Málaga) la que acompañaba musicalmente en su salida a María Santísima de los Dolores, con sus 48 hombres de trono vistiendo de negro riguroso, túnicas y faraonas, guiados por Juan Jesús Alarcón, y el séquito formado por 80 nazarenos. En todo momento, atento a uno y a otro trono, el hermano mayor de la Venerable Archicofradía, Javier Martín. Junto a nazarenos y mujeres de mantillas, en la formación no faltaron miembros de otras hermandades mijeñas, así como una amplia representación de la corporación municipal y vecinos en general.
Recorrido y novedad
Las imágenes de María Santísima de los Dolores y del Dulce Nombre de Jesús Nazareno salían acompañadas además por numerosos fieles, vecinos y visitantes. Uno de los momentos más emotivos fue, sin duda, la bajada por la calle San Sebastián, hasta llegar a la plaza Jesús Nazareno y la plaza de la Libertad. El recorrido continuó por calle los caños, la avenida del Compás y la plaza de la Constitución, mientras se ponía la noche, los tronos llegaban de nuevo a la plaza de la Libertad, donde los tronos se encontraban, uno al lado del otro, y donde, como manda la tradición del Jueves Santo en Mijas Pueblo, tuvo lugar la bendición del Nazareno. Y, guardado como un gran secreto, al final de la procesión se descubrió que el mecanismo que permite el movimiento de la mano derecha del Nazareno en el momento de la bendición, es totalmente nuevo, el anterior hermano Mayor, Carlos Caravias, se ha encargado de la renovación del mismo. Y testigos de la bendición en la tarde del Jueves Santo fueron los numerosos asistentes que se dieron cita en la plaza entre la ermita de San Sebastián y la Casa Museo. Calle Málaga, calle de la Paz y calle Charcones, completaban el recorrido, que a paso lento y bien marcado, llevaba de nuevo, tras más de cuatro horas de procesión, al Nazareno y a María Santísima de los Dolores a su casa hermandad, a calle Alegre.
A las puertas de la casa hermandad, madre e hijo, el trono de Jesús Nazareno y el de María Santísima de los Dolores se enfrentaban, y a tres golpes de campana: ¡uno, dos y tres…! eran levantados a pulso, mientras una dulce y suave lluvia de pétalos cubría ambas imágenes y a todos los presentes. Y antes de la medianoche los dos tronos ya se encontraban, de nuevo, en el interior de su casa después de completar un pletórico Jueves Santo.
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