La semana que viene el Parlamento andaluz acogerá la sesión de investidura del presidente de la Junta de Andalucía. José Antonio Griñán tiene garantizado que continuará en el puesto, pero esto no equivale a que vaya a disfrutar de una legislatura tranquila. El líder de los socialistas andaluces tiene cinco frentes muy complicados a los que plantar cara.
Griñán se enfrenta a un dilema: gobernar desde sus supuestos principios de izquierdas contrarios a los recortes o cumplir con la receta de la austeridad 1. ¿Cómo hará compatible su ideario ideológico con la realidad de la crisis? El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante el debate de los Presupuestos Generales del Estado, se lo ha dejado muy claro a las comunidades autónomas: “Que nadie se equivoque en la consecución de su objetivo de déficit, porque nos estamos jugando a España entera, y en España nos estamos jugando a Europa entera; el presente y el futuro de Europa”. Por tanto, no hay lugar para programas utópicos ajenos a la filosofía de la sobriedad y ortodoxia presupuestaria. Griñán se enfrenta a un dilema: gobernar desde sus supuestos principios de izquierdas contrarios a los recortes, con el riesgo que ello conlleva para el control del déficit, o cumplir con la receta de la austeridad y dejar en papel mojado su programa electoral.
2. ¿Qué hará IU cuando el PSOE meta la tijera? En caso de que los socialistas apuesten por los recortes, el Gobierno de coalición con los comunistas hará aguas. Valderas no ha escuchado a Julio Anguita y, en lugar de apoyar la investidura de Griñán y seguir en la oposición, ha optado por el encanto, al parecer irrefrenable, de integrarse en el Ejecutivo andaluz. Los socialistas afirman que quieren “un gobierno único con un único programa” y el coordinador regional de IU no es de la “opinión de gobiernos que sean compartimentos estancos”, por lo que quiere que su partido esté presente en todas las consejerías. No será una coalición fácil de llevar.
3. El caso del fraude de los ERE es una bomba de relojería. La entrada en prisión del ex consejero de Empleo Antonio Fernández es una noticia gravísima y nos hace vislumbrar con más claridad que nunca las proporciones de las nauseabundas cloacas de la Junta de Andalucía. Fernández está acusado de cometer seis infracciones del Código Penal y de conceder 395 millones de euros en ayudas siguiendo un trámite absolutamente ilegal, la juez Alaya afirma en su auto de prisión incondicional que actuó con “total despreocupación por el destino del dinero público”. Es un despropósito que habiendo informado el departamento de Intervención de que el reparto de ayudas no se atenía a la ley, Griñán, como consejero de Economía de la Junta, no actuara en contra de este desmadre. Los andaluces, por tanto, van a tener a un presidente asustado con el avance de las investigaciones de Alaya, sus responsabilidades políticas en este oscuro asunto son evidentes.
4. El Partido Popular no dará tregua a la coalición. Los socialistas harían mal en olvidar que Javier Arenas ganó las elecciones del 25M. El presidente popular cosechó un resultado histórico que no le llevó a la mayoría absoluta, pero el PP-A está fuerte y va a plantar cara al tándem Griñán-Valderas. La experiencia demuestra que gobernar bajo el control de una oposición firme y numerosa nunca es fácil. Independientemente de que Arenas opte o no al quinto intento por alcanzar la Presidencia de la Junta, los populares son conscientes de que conseguir la mayoría absoluta es un reto verosímil que no deben dejar escapar.
5. En este complejo panorama, la Junta ha de responder a los problemas de los ayuntamientos. La coalición de izquierdas caería en un grave error si sus disputas internas la distraen de las asignaturas pendientes que tiene la administración autonómica con los municipios. En el caso concreto de Mijas, en el listado de demandas sin resolver, destacan el problema de las viviendas irregulares, el emplazamiento del Parque Empresarial de Mijas, la construcción de centros escolares, la protección de la sierra y el refuerzo del sistema sanitario con, por ejemplo, la entrada en servicio de más ambulancias.
El PSOE obtuvo un inesperado balón de oxígeno en las pasadas elecciones, pero se enfrenta al difícil reto que siempre supone gobernar en minoría en un marco de crisisEl PSOE obtuvo un inesperado balón de oxígeno en las pasadas elecciones, pero se enfrenta al difícil reto que siempre supone gobernar en minoría en un marco de crisis. Si a esto le añadimos que tiene un inquilino incómodo en casa y que la oposición está más fuerte que nunca, la legislatura se convierte en una montaña rusa que puede echar el freno antes de tiempo.
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