Francisco M. Romero. Mandar cartas vía postal, y ya no digamos escribirlas a mano, es en estos tiempos de correos electrónicos, WhatsApp y videollamadas por Zoom, un auténtico anacronismo que se ha convertido en todo un arte. Pero si algo nos ha enseñado la pandemia es que sus caminos son inescrutables: el confinamiento por COVID-19 ha revelado en cada uno de nosotros cosas que guardábamos en nuestro interior que ni sabíamos. A unos les ha dado por hacer deporte, a otros por realizar vídeos para Youtube y a Narciso López le ha servido para afrontar un aprendizaje que quería acometer desde hacía años: aprender técnicas de caligrafía.
Y aprovechando esto, Narciso, que vive desde hace años en Londres, comenzó a escribir y enviarle cartas postales a su hija Miriam López, que reside en Las Lagunas. Unas misivas llenas de cariño donde relata el día a día de su vida en la capital británica junto al hermano de Miriam, Sebastián, que hace algunos años se fue a vivir junto a su padre.

Narciso, divorciado, relata que “por motivos de trabajo, tuve que trasladarme a vivir a Londres y antes de la pandemia, siempre que tenía ocasión, visitaba a mi hija en Mijas”.
Pero, como a todos, el coronavirus trastocó su vida y dio al traste con estas visitas. “Cuando arrancó el confinamiento, además de cursos ‘online’, empecé algo que siempre había querido hacer: mejorar mi caligrafía. Me agencié plumas estilográficas y después de algo de práctica se me ocurrió escribirle cartas a mi hija a la vieja usanza para que me sintiera cerca, ya que no podía ir a verla”. Y así, poco a poco, Narciso descubrió nuevos tipos de papeles, de tintas, de estilográficas, plumillas... Todo puesto al servicio de las cartas que escribe llenas de amor y cariño a su hija. “Además, como me gusta mucho la caligrafía británica medieval también me inicié en practicar diversas tipografías y dependiendo de la que escoja tardo más o menos en escribir una carta, ya que algunas son muy elaboradas”.
Cartas que no solo están escritas en tipografías como la ‘uncial’, el tipo gótico o la ‘copperplate’, sino que también llegan decoradas con sellos de la saga literaria de Harry Potter (personajes de los que Miriam es fanática), selladas con lacre y cuerdas de embalar y en las que, en ocasiones, Narciso simula una correspondencia digna del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
A Miriam, por su parte, le “gustan mucho porque están llenas de detalles y yo también le contesto algunas veces, aunque con mi letra normal”.
Una historia realmente entrañable que cuenta con un actor inesperado: el cartero que entrega las cartas a Miriam en Las Lagunas. Porque no podemos evitar imaginar su cara de extrañeza y curiosidad cuando comenzó a entregar estas cartas tan elaboradas semana tras semana.

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