Un mijeño detrás de la solución para combatir a la procesionaria. Se llama Virgilio Marín, es gestor forestal, y junto con su compañero José Alejandro Torralva, han localizado e identificado a una especie de hongo capaz de frenar a la oruga del pino en el Parque Natural de Los Alcornocales (Cádiz); su nombre científico es ‘cordyceps militaris’. “Un día, en el monte, reconocimos un hongo de uno a dos centímetros que habíamos estudiado anteriormente, que es entomopatógeno de la procesionaria, es decir, que es carnívoro de la pupa de la procesionaria”, explicó Marín, quien añade que hasta entonces, solo en Huelva se había localizado a esta especie seta, según le indicaron en el Parque Micológico de Córdoba.

- A la izquierda, Virgilio Marín, junto a José Alejandro Torralva.
- M.C.
Sus esporas actúan sobre la procesionaria en primavera, como señaló el mijeño: “En esta época la oruga está en procesión desde el pino hacia la tierra y las esporas se adhieren a los pelos urticantes y cuando se entierran y pupan, el hongo despierta de su letargo y lo devora lentamente y, una vez, devorado emerge su cuerpo fructífero, que es como la flor del hongo”.
Este hongo puede ser una solución sostenible para frenarlas y como apuntó Torralva, “sobre todo no hacer daño al monte, evitando los productos fitosanitarios con medidas más biológicas, como es el cordyceps militaris, que depreda a la plaga y también se puede compatibilizar con otros tratamientos sostenibles como es la colocación de cajas para murciélagos, todo es en base a la reducción de daños al medio”.

- El hongo-parásito actúa sobre la pupa de la oruga, una vez que la procesionaria se entierra.
- V. Marín.
Ahora tienen que probar que su proyecto funciona en una zona controlada para poder sacar conclusiones sobre su potencial como agente de control biológico. “Siempre que se introduce una especie, tiene sus pros y sus contras, y cuando se introduce algo en el monte o en una zona artificialmente puede traer beneficios o ser perjudicial”, dijo Marín.
Este hongo es común del norte de España, como La Rioja, Cantabria, Cataluña o Navarra. Dependiendo de las condiciones climáticas “el hongo puede durar hasta dos semanas”, señaló el gestor mijeño, “si hay agua se puede pudrir, si le da mucho el sol se puede secar, nosotros en el cultivo que hicimos duró un mes en óptimas condiciones”.

- (Izq.) El ‘cordyceps militaris’, (dcha.) la pupa de la procesionaria.
- M.C.
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