La llegada del nuevo curso escolar casi siempre va de la mano de la  elección de actividades extraescolares. La toma de decisión nos plantea varias dudas como cuáles beneficiarán más a nuestros hijos, cuántos días a la semana son apropiados o si supondrán una sobrecarga para ellos. No hay una regla universal y eso complica nuestra elección. Lo que está claro es que las actividades extraescolares han cobrado un destacado papel en la vida de los niños, bien por la importancia en el desarrollo de los menores o por la conciliación de las familias, ya que es evidente que son un recurso que muchos padres utilizan para cubrir parte de su horario laboral. A la hora de elegir, apuntan los expertos, por supuesto, siempre debemos poner por delante las necesidades o los deseos del niño.

 

Dentro de las principales ventajas de las actividades extraescolares se encuentra el valor socializador y el fomento del trabajo en equipo. Según datos del Instituto de Evaluación del Ministerio de Educación, el deporte, los idiomas y las artes se encuentran a la cabeza de las preferencias a la hora de elegir. El número de alumnos de enseñanza obligatoria en España que realizan algún deporte supera el 70%. Independientemente de que se hagan en equipo o de manera individual, son beneficiosas para la salud, tanto física como emocional.

 

Por otro lado, el aprendizaje de idiomas ocupa el segundo puesto en las preferencias de los padres. Ello demuestra que son muy conscientes de la importancia que tendrán para el futuro profesional de sus hijos. En torno a un 30% de los niños ocupan sus tardes en algún centro de estas características o en las clases que organizan los colegios e institutos. 

Las disciplinas artísticas, como el teatro, la danza, la pintura o la música, son elegidas en el 20% de las ocasiones por los padres porque, aseguran, fomentan la imaginación, la creatividad y también la confianza en sí mismos. 

Y otra opción es nada, algo por lo que menos se decantan pero que puede ser igualmente beneficioso, porque hay quien encuentra desventajas en el desarrollo de actividades extraescolares como que no garantizan el éxito académico, pueden aumentar los niveles de angustia y depresión en los niños y genera gastos extras para los padres.

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