Después de un duro (“pero tremendamente reconfortante”) mes en Tanzania, la mijeña Laura Martínez regresa a casa “muy contenta” por lo que ha conseguido hacer en Mjereji [un pequeño poblado indígena ubicado al norte de Tanzania], y con ganas de volver otra vez (“si pudiera me iba mañana mismo de nuevo”, asegura). Su objetivo es luchar por mejorar la vida de las aproximadamente 50 familias maasai que viven en esta otra parte del mundo, en condiciones absolutamente infrahumanas.
Mijas Semanal les ofreció en julio (número 641) un amplio reportaje sobre la ONG Proyecto Enjipai, integrada por tan solo dos mujeres, Laura, y su compañera de La Rioja, María Cerezo. Entonces nos contaron los muchos proyectos que tenían en mente para este verano. Y, ahora, han vuelto para contarnos sus sueños hechos realidad. Aunque, como asegura Laura humildemente, “allí queda mucho por hacer y nosotras hacemos lo que podemos”. Eso sí, que la mijeña Laura describe como “hacemos lo que podemos”, para las familias indígenas son auténticos milagros.
Este verano han conseguido que el poblado tenga acceso al agua. ¡¿Pero cómo?! le preguntamos, si se encuentra en medio del desierto y a unas cuatro horas andando del primer punto que puede abastecerles de este recurso tan necesario para la vida. “Hemos inventado un sistema de recogida de agua de lluvia encima de la escuela, que, por cierto, ya hemos terminado por completo”, explica orgullosa Laura. Así que ahora los maasai esperan “como agua de mayo que caigan las primeras gotas” para que el milagro se cumpla. El bidón que han instalado tiene capacidad para 5.000 litros. “Ahora podrán beber agua potable y asearse antes de ir al cole”, insiste la mijeña. Pero no solo eso. Laura y María han organizado a las mujeres en “una pequeña cooperativa” para que fabriquen su bisutería típica de manera organizada, de forma que puedan comercializarla al exterior. El primer pedido se espera para Navidad. Todo un avance. Y por supuesto, Proyecto Enjipai continúa luchando por que los niños tengan acceso a la educación, por que sigan un programa de higiene básico y, sobre todo, por que sean felices. De hecho enjipai significa felicidad en la lengua maasai. Y ese se el objetivo de esta ONG, porque la sonrisa de estas personas no tiene precio.
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