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Viernes 22/11/2024

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Conflictos desplazados

Párate unos minutos a pensar acerca de quién te resulta más fácil hablar mal. ¿De tu jefe o de tu padre? ¿De tus compañeros o de tu hermana? ¿De tu madre o de tu suegra?

Párate unos minutos a pensar acerca de quién te resulta más fácil hablar mal. ¿De tu jefe o de tu padre? ¿De tus compañeros o de tu hermana? ¿De tu madre o de tu suegra?

Por lo general nos cuesta reconocer y aceptar que nuestros familiares también tienen cosas que no nos gustan. De un modo inconsciente, al no permitirnos reconocer que nuestros familiares tienen cosas que nos disgustan, desplazamos los afectos negativos hacia personas que no sean de nuestra sangre. Esto tiene como consecuencia que tengamos unas relaciones sociales bastante contaminadas. Insisto, no es una decisión que tomemos conscientemente sino que nuestro inconsciente actúa sin nuestro permiso.

Os dejo un fragmento de una sesión que ilustra el fenómeno del desplazamiento por no abordar el verdadero problema.

Psicoanalista: ¿cómo estás hoy?
Paciente: sigo con los dos frentes abiertos, con mi familia todo está igual, bueno y en el trabajo ya estoy más apaciguada. De mi familia no se ha resuelto nada, esto parece que va para largo. Quiero decir que el problema de si metemos a mi madre en una residencia sigue ahí, estancado. Pero yo ahora estoy tranquila, ya he vuelto a recuperar la alegría que tenía.
Psicoanalista: puede que todo esté igual, pero eso no impide que tú hayas resuelto cosas.
Paciente: ¡qué bueno! Usted siempre me descoloca. Menos mal que la angustia ha desaparecido. Claro, llevo un mes hablando de lo mismo y eso ha hecho que aparezcan piezas del puzzle. Aunque todavía no se sabe que va a pasar con ella yo he aprendido que un problema con la familia no puede ensombrecer toda mi vida. Sería como si todo fuese una cosa única y no es así, hay que diferenciar. Además, habrá que resolver el problema de forma que todos salgamos beneficiados, no unos ganando y otros perdiendo.
Psicoanalista: qué bien que puedas hablar con tu hermana, por eso has recuperado la alegría, porque te has responsabilizado de tu malestar y has obrado en consecuencia. Has podido expresarte sin miedo y sin atacar. Lo que tú hacías antes era enfriar la relación, dejabas de ver a tu hermana, pero eso no es resolver nada. Y al mismo tiempo que te alejabas del conflicto te acercabas con una lupa de aumento a tus compañeras de trabajo. Muy bien continuamos la semana que viene.

La medicina, la psicología, la abogacía… no entienden de conflictos desplazados. Es el psicoanálisis quien se ocupa de saber si las cosas son sencillamente lo que parecen o hay algo más.
 

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