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Viernes 22/11/2024

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El hombre que hizo cinco campeones del mundo en la F1

El mánager que llevó al equipo McLaren a su época dorada vive un discreto retiro en Mijas, desde donde sigue vinculado con el mundo del motor

El mar, la sierra, el clima, la gente. Mijas es un paraíso, para los que tenemos la suerte de vivir aquí, para los que vienen de vacaciones y para los que deciden, tras una vida de esfuerzo, pasar un agradable retiro en nuestra tierra. Entre estos últimos, nos hemos encontrado un nombre ilustre en la historia de la Fórmula Uno, Jo Ramírez, de origen mejicano, ligado durante más de 40 años a este deporte y mánager del equipo McLaren desde 1984 a 2001.
En nuestras calles, Jo ha conquistado un deseado anonimato. “Cuando eres joven, un poco de publicidad es buena, pero cuando estás retirado ya no la necesitas y prefieres permanecer de incógnito”, nos cuenta. Aún así, reconoce que de vez en cuando le gusta que “aún haya gente que aprecia que uno como yo, que ha vivido en el mundo, escoja un lugar como Mijas para vivir”.
Desde aquí sigue vinculado con su pasión por el motor, acudiendo a algunos grandes premios al año y muy cerca de Jerez, donde cada año se hacen los primeros entrenamientos oficiales. Y es que, como recuerda, “mi pasión desde siempre han sido los automóviles”.
Fue en McLaren donde el nombre de Jo Ramírez se convirtió en leyenda Aunque el automovilismo era un deporte para ricos, los orígenes de Ramírez son humildes, en una familia de clase media con diez hijos. Lo suyo con el motor le llegó desde muy chico y empezó a competir en karts, donde conoció a los hermanos Ricardo y Pedro Rodríguez. “Ellos sí que eran de familia adinerada y tenían los mejores coches del momento para competir en carreras largas, tipo Le Mans o Sebring, hasta que Ferrari les ofreció pilotar un Fórmula Uno en 1962, que fue cuando me vine a Europa con ellos”. Ramírez quería pilotar, pero la falta de medios le obligó a abrirse camino en el paddock, como “Agente B: B por esto, B por aquello”, bromea. “No me pagaban, pero sí llegaba a las carreras por mis propios medios, me instalaba con el equipo y así fue como aprendí a hacer mi trabajo, a conocer la competición desde dentro y a hablar italiano”.
Aquel mismo año, Ricardo Rodríguez fallecía en un accidente letal, pero Ramírez comenzó una trayectoria que, desde la base, le llevaría a conquistar el mundo de la velocidad. “Les caí bien y por eso me dieron la oportunidad, aunque no me podían asumir porque no tenía permiso de trabajo en Italia, pero les gustó la pasión. Poco después conocí a Juan Manuel Fangio y él me recomendó a los ingenieros de Maserati, que fue mi primer trabajo remunerado”.
Jo fue pasando por pequeñas escuderías hasta que en Tyrrell lograron coronar a Jackie Stewart como campeón del mundo en 1973. Poco a poco fueron protagonizando enormes cambios en un deporte que mueve indecentes cantidades de dinero. “En 1973, cuando ganamos el mundial de pilotos, en la foto final del equipo éramos 25 personas. Hoy en día, los equipos son cientos de personas. Yo he vivido ese cambio: Cuando entré en McLaren en 1984, que ya era un equipo grande, éramos 64, cuando terminé en 2001, 850”.
Fue en McLaren donde el nombre de Jo Ramírez se convirtió en leyenda, trabajando con hasta cinco campeones del mundo, con los que conquistó diez coronas, más siete campeonatos de constructores con la escudería británica. Prost, Senna, Cevert, Stewart, Hakkinen y Coulthard, dioses en el olimpo de la velocidad que tuvieron, en este mejicano, a su mejor aliado. 

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