Son cuatro. Van uniformados, armados y... en bicicleta. Los agentes de la unidad de policía de playa recorren a diario los seis kilómetros de la senda litoral que separan El Torreón de La Cala y el chiringuito de La Luna en Calahonda para velar por el cumplimiento de las ordenanzas y, sobre todo, por la seguridad de los veraneantes y de los trabajadores de la costa mijeña. Los agentes se turnan por parejas para formar la patrulla que de 11 a 19 horas pedalean a lo largo y ancho de la senda litoral desde mediados de julio.
“Nuestro trabajo consiste en hacer que se cumplan las ordenanzas de playa, que no se pesque fuera del horario permitido, que no haya perros en la playa, venta ambulante, asiáticas dando masajes ilegales, gente que pide firmas y aprovecha un despiste para robar...”, explica Juan Gutiérrez, uno de los policías de esta unidad que utiliza este nombre como seudónimo para salvaguardar su intimidad. “Lo bueno de que seamos los mismos policías controlando la zona es que conocemos a los infractores”, añade el agente, quien afirma que esto les persuade para no volver a actuar.
"Los agentes han intervenido una furgoneta con 244 pasteles sin refrigerar”
No obstante, su labor en principio es más disuasoria que sancionadora, ya que su primera acción es siempre informar: “El problema es cuando ya le has dicho a una persona que intente no sacar los perros a la playa y vuelve al día siguiente con ellos”, explica Pedro Martínez, el compañero de Juan, que también habla bajo seudónimo.
Además de la ordenanza de playa, los agentes también velan por que se cumpla la de convivencia y seguridad, por lo que ante cualquier problema que exista en la playa o en las inmediaciones estos policías de la unidad de playa pueden actuar. De hecho, el pasado martes 25, pillaron infraganti mientras se trasladaban a La Cala en un coche camuflado a un conductor increpando a dos ciclistas: “estuvo a punto de sacarlos de la carretera”, apunta Pedro, quien afirma que por ello el conductor tendrá que hacer frente a una sanción de 500 euros por “conducción manifiestamente temeraria”.
No obstante, los agentes, que estarán pedaleando por la costa mijeña hasta el 15 de septiembre –aunque su servicio podría prolongarse si hubiese mucha afluencia de bañistas–, destacan que sobre todo han actuado para evitar delitos contra la salud pública, como puede ser la venta de pasteles a 40º de temperatura o dar masajes sin conocimientos ni medidas higiénicas adecuadas. Las sanciones pueden ir desde infracciones leves de 250 euros a graves cuya cuantía determina el instructor; pese a poner más de una, los agentes han llegado a intervenir una furgoneta sin refrigeración con 244 pasteles de un vendedor al que ya habían sancionado cuatro veces.
Las tres primeras semanas los agentes levantaron un buen número de actas de denuncia, con una media de dos al día; pero su presencia ha hecho descender la cifra y reducir casi al mínimo la presencia de infractores, algo que le agradecen muchos chiringuiteros como Pedro Jesús, propietario de ‘Trópico’, o Cristóbal Ruiz, del ‘Kiosko Cristóbal’; masajistas legales como Edu Restrepo o bañistas asiduos como el madrileño Rafael Pérez. “En diez años para mí es el mejor servicio que he tenido con diferencia y uno de los motivos es porque te agradecen el trabajo”, afirma Juan, y es que “salir de la rutina, haciendo un deporte que te gusta, con un paisaje tan espectacular como el de la senda litoral” no tiene precio, añade Pedro.
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