Aunque cueste creerlo, hay quienes lo dejarían todo por una buena causa. Es el caso de Joel Buton. El Arco del Triunfo de París fue su punto de partida. En 1999, decidió continuar el legado que dos años antes había dejado la princesa Diana de Gales.

“Abolir la producción de minas antipersona en memoria de la gran Ladi Di, que ayudó a miles de niños que no pueden caminar en todo el mundo por culpa de las minas antipersona”, explicaba este pacifista.

Desde entonces, y con su carro a cuestas, camina a lo largo de toda Europa para denunciar este desastre, que cada año ocasiona la muerte de 4.000 personas. Entre sus objetos personales conserva más de 250.000 firmas contra las minas terrestres.

También, más de 9.000 partes que atestiguan los pueblos y ciudades por los que ha difundido su mensaje, a pesar de las dificultades. “He dormido en la calle de una ciudad noruega a -40 ºC ”, aseguraba. 

Subsiste gracias a la colaboración ciudadana. Agradece la atención que le han prestado allí por donde ha pasado y son muy pocos los que se han negado a firmar contra esta lacra, entre ellos, el que fuera primer ministro de Italia Silvio Berlusconi.

A su paso por Mijas, Buton quiso tomar un descanso en un parque que simboliza toda su vida. El parque Princesa Diana, en Riviera del Sol. Pero su viaje no acaba aquí, sino en su lugar de origen.

“Continuaré por toda la costa andaluza, Portugal, Santiago de Compostela y Bilbao. Y, después de 12 años, volveré a París para finalizar esta campaña”, concluye este pacifista francés de 52 años. 

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