Como muchos humanos, las orugas procesionarias del pino también han decidido, desgraciadamente, instalarse por aquí atraídas por nuestro envidiable clima. El otoño tan suave que hemos pasado y lluvias en fechas puntuales han sido claves para que crezca de forma considerable la plaga de estos insectos, cuyo nombre científico es Thaumetopoea Pityocampa y su misión es “comer células vegetales de las hojas del pino”, explica Diego González, biólogo vegetal y técnico de la concejalía de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Mijas.
El equipo de gobierno pide precaución y colaboración a los vecinos para acabar con esta plaga Hablamos de una “plaga muy seria”, advierte el concejal responsable del área, José Manuel Muñoz. No solo porque estas orugas devoran los pinos (sobre todo los canarios, pero también los piñoneros o los pinos carrasco), sino que “son peligrosas para los seres humanos”, añadió Muñoz. Los pelos de estos seres liberan una toxina que produce graves reacciones alérgicas. Y no solo a través del contacto directo, sino que la mencionada sustancia puede estar presente también en el aire que los rodea. Por eso, el equipo de Gobierno pide a la ciudadanía máxima precaución. “Hay que evitar el contacto con estos insectos y, en el caso de que algún propietario de una parcela localice una plaga en su terreno, se aconseja que solicite los servicios de una empresa de fumigación especializada para atajar el problema”.
Trabajo minucioso
El equipo de Parques y Jardines está dedicando “muchos esfuerzos”, comentó González, a eliminar los nidos o bolsones que hay en los pinos. “Hacemos la retirada de forma manual. Una a una vamos cortando las ramas donde hay nidos para después quemarlas. Tenemos que ir con mucha cautela para que no pasemos por alto ninguna y, además, vamos muy protegidos porque son insectos muy urticantes”, explica Borja Ramírez, uno de los operarios, al que acompañamos en una jornada de trabajo. “Ya se ha pasado el tiempo de fumigar”, explica Muñoz, de ahí que ahora los operarios se afanen en retirar los nidos. “La época idónea para fumigar es octubre y noviembre, ya que aún están en los huevos o comenzando a eclosionar”, explica González.
Es un insecto peligroso que puede causar graves reacciones alérgicas “Ahora están en la fase de engorde larvario y cuando se transformen en orugas, empezarán a descender por los troncos, en procesión; de ahí su nombre”, explicó González. A continuación estos insectos buscarán en el suelo un lugar donde enterrarse para, finalmente, transformarse en mariposa a finales del invierno o principios de la primavera. A finales de verano ponen los huevos en las ramas de los pinos y se forman los nidos. Y así es sucesivamente. Un proceso que ahora hay que frenar sí o sí. Por el bien de nuestro entorno y por el peligro que conllevan para todos estas desagradables orugas que se deben tratar con mucho cuidado.
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