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Viernes 18/10/2024

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La gestión del agua en Mijas

Un gesto tan simple como abrir un grifo condensa un complejo entramado de infraestructuras que hacen que el agua llegue desde los embalses o acuíferos hasta nuestras casas. Algo, en la mayoría de los casos, transparente para el usuario, pero que tiene un precio, en muchas ocasiones, bastante elevado.

Un gesto tan simple como abrir un grifo condensa un complejo entramado de infraestructuras que hacen que el agua llegue desde los embalses o acuíferos hasta nuestras casas. Algo, en la mayoría de los casos, transparente para el usuario, pero que tiene un precio, en muchas ocasiones, bastante elevado.

No se trata de contradecir leyes físicas. Pero cuando hablamos de la gestión y el suministro del agua, las cosas no caen del cielo. O, al menos, el proceso no es tan sencillo. Detrás de los grifos de nuestros hogares hay un importante trabajo de extracción, regulación, potabilización, almacenamiento y conducción, un largo y costoso ciclo que no siempre tenemos en cuenta cuando hacemos uso de lo que muchos ya llaman ‘oro azul’.

En Mijas, desde enero de 2011, tanto la distribución del agua como su recogida la gestiona Acosol, la empresa pública de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental: “Mediante la encomienda de gestión de Mijagua, la ahora llamada Mijas Avanza, Acosol absorbió el personal y las instalaciones de la entidad mijeña y, a nuestro juicio, está prestando un buen servicio”, explica el consejero delegado de Mijas Avanza y concejal de Economía, Mario Bravo, quien se muestra optimista con la infraestructura hídrica costasoleña: “El suministro está tan garantizado como la asistencia sanitaria o la justicia. En general, todo funciona bien y los grifos echan agua cuando se abren”, sentencia.

De la misma opinión es Antonio Rodríguez Leal. El que fuera consejero delegado de Acosol (2000-2004), presidente de la Confederación Hidrográfica del Sur (2004-2005) y director general de la Cuenca Mediterránea Andaluza (2006-2009), afirma que es mejor trabajar en equipo: “Acosol es una gran empresa, de las más prestigiosas en el ámbito público, por lo que es una garantía. Ahora, eso no significa que no haya que presionar para que se hagan más inversiones”. Y es que, en el agua como en cualquier otro asunto, la costa y Mijas reclaman siempre nuevas actuaciones para dar servicio a una población en continuo crecimiento. Así, si en casi todos los sistemas de explotación el consumo máximo lo protagoniza la agricultura (75% del total), aquí el consumo agrícola es casi anecdótico y la mayor parte de los recursos se los lleva el consumo humano. Según los últimos datos de Acosol, el consumo medio por mijeño es de 200 litros por habitante y día, una cifra dentro de los ratios normales.
Con respecto al precio, en nuestro país, tradicionalmente el agua ha estado subsidiada por el Gobierno. No obstante, desde hace unos años y por imperativos de la UE, se está acabando con esa situación. En la factura que reciben los mijeños, emitida por Acosol, podemos ver una cuota de servicio de agua, una cantidad fija que se abona independientemente de que hagan uso o no del servicio. A esta se le suma una cuota variable o de consumo, que se cuantifica por bloques crecientes. El consumo de agua se descompone en bloques de límites preestablecidos, a los que se aplican precios que resultan cada vez más elevados. Por último, hay que sumar los cánones (recargos para hacer inversiones en infraestructuras) y otros recargos especiales.

¿Nos sobra el agua?

Esta es una de las preguntas del millón. Sobre todo, teniendo en cuenta que nos encontramos en una zona no conocida por sus altas precipitaciones. Desde un punto de vista hidrológico, explica Antonio Rodríguez Leal, “Mijas es considerada una zona deficitaria”. ¿Qué quiere decir esto? Básicamente, que, teniendo en cuenta el consumo medio anual y los recursos disponibles, el resultado es negativo. Necesitamos más agua de la que tenemos.

Esto se viene produciendo desde hace ya cerca de medio siglo por una serie de motivos como “el rápido crecimiento de la población o la industria turística. No obstante, la buena noticia es que desde la última gran sequía (final de 2009) el consumo de agua ha disminuido. Para Rodríguez Leal las causas son dos: “hay más concienciación entre la población y, por otra parte, el aumento del precio ha regulado el consumo excesivo”. Tampoco podemos dejar de lado acciones como el uso de agua reciclada en el riego de los campos de golf que, antaño, se realizaba con agua potable.

El futuro

La crisis ha retrasado el desarrollo de grandes obras previstas para garantizar el abastecimiento en la Costa del Sol. De hecho, desde 2009, solo se ha trabajado en uno de los cuatro proyectos previstos, la ampliación de la capacidad de transporte del ramal oeste, para traer agua desde la zona de Cádiz. Quedan pendientes la construcción de la presa de Gibralmedina (Cádiz), la desaladora de Mijas y el túnel de trasvase del río Genal al río Verde. Por otra parte, en estos momentos, en Mijas se están llevando a cabo varias obras, con el cambio de redes antiguas por nuevas en Osunillas, Valtocado y algunos puntos de La Cala, como la zona de la Butiplaya o calle Tolox.

 

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