Al hablar de los riesgos de los implantes mamarios hay que referirse en primer lugar a los que son propios del acto quirúrgico, si bien la cirugía de aumento de pecho, si es realizada por un cirujano plástico cualificado, es una técnica bastante segura. La complicación más frecuente es la denominada contractura capsular, que se produce al contraerse la cicatriz interna que se forma alrededor del implante.
En este caso la mama se endurece y puede ser necesaria una re-intervención para eliminar la cicatriz o incluso para sustituir la prótesis implantada. En el postoperatorio también pueden aparecer hematomas e infecciones alrededor de la prótesis.
A parte de los riesgos propios de la cirugía, conviene hacer algunas advertencias en relación a los implantes mamarios:
Prótesis defectuosas: es muy importante asegurarse de que las prótesis que se van a implantar deben estar debidamente homologadas y autorizadas por las autoridades sanitarias. El cirujano puede aportar la información necesaria sobre este punto.
Rotura de la prótesis: es muy improbable que una prótesis de mama pueda romperse, generalmente al ser sometida a mucha presión, pero en el caso de que ocurra será necesaria su sustitución. Si la prótesis está rellena de suero, el organismo lo reabsorbe rápidamente, por lo que se reduce el tamaño del pecho, pero sin que suponga riesgo alguno. Si el relleno del implante mamario es silicona, no siempre se produce la salida de esta sustancia, por lo que en ocasiones no se advierte ningún cambio; pero si se produce el escape el tamaño de la mama se reducirá. Las revisiones periódicas o la realización rutinaria de una mamografía permitirán su detección si no hay cambios en el volumen y la textura del pecho. En cualquiera de los dos casos se debe sustituir el implante.
Sensibilidad del pezón: algunas de las mujeres que se realizan un implante mamario sufren la pérdida de la sensibilidad de los pezones en mayor o menor grado. Generalmente es un efecto transitorio, aunque en muy pocos casos puede ser permanente.
Lactancia: no hay evidencias científicas de que el implante mamario impida o dificulte la práctica de la lactancia. No obstante, si se desea ser madre y amamantar al niño, conviene advertirlo al cirujano.
Mamografía: las mujeres que se han sometido a un aumento de pecho no tienen ningún problema para realizar esta prueba dirigida a la detección precoz del cáncer de mama.
Riesgo de cáncer: no hay ninguna evidencia, salvo en casos de prótesis no homologadas, de que los implantes mamarios pudieran aumentar el riesgo de sufrir un cáncer de mama.
Duración de la prótesis: hay un falso mito que dice que las prótesis deben cambiarse al cabo de los diez años de un implantación. Ésta era una antigua recomendación de la Food and Druag Administration (FDA) de Estados Unidos, establecida para los implantes mamarios de gel cohesivo de silicona, pero que ha perdido su vigencia con los avances que se han producido en los últimos años.
Para evitar dudas sobre los posibles riesgos de los implantes mamarios, lo mejor informarse adecuadamente en la consulta de un cirujano plástico cualificado.
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