Es una grieta o desgarro pequeño en la mucosa anal que puede provocar defecaciones dolorosas y sangrado. Es posible que se presenten rastros de sangre en el exterior de las heces o en el papel higiénico después de la evacuación.
Las fisuras anales son extremadamente comunes en los niños pequeños y los estudios sugieren que un 80% de ellos ha sufrido de una fisura anal durante el primer año de edad. Dichas fisuras usualmente cicatrizan de manera espontánea y no requieren tratamiento médico específico aparte de una buena higiene en los pañales. Sin embargo, algunas sí pueden requerir tratamiento.
La incidencia disminuye rápidamente con la edad y son mucho menos comunes en la edad escolar. En los adultos, pueden ser causadas por estreñimiento, particularmente con el paso de heces grandes y duras o por una diarrea prolongada.
En los pacientes de edad avanzada, las fisuras anales también pueden ser causadas por la disminución del flujo sanguíneo a esa área. Las fisuras también son más comunes en las mujeres después del parto y en personas con la enfermedad de Crohn.
Síntomas
• Dolor al defecar.
• Sangre en la superficie de las heces (pero no mezclada con las heces).
• Sangre en el papel higiénico o en las toallas.
• Fisura visible, con frecuencia en la línea media, cuando el ano se estira levemente.
• Estreñimiento, a menudo con evacuaciones dolorosas.
Tratamiento
• Beber abundantes líquidos.
• Limpieza más suave.
• Baños de asiento.
• Ungüento anestésico si el dolor interfiere con la evacuación normal.
• Ajustes dietéticos (agregar sustancias voluminosas: absorben agua mientras se encuentran en el tracto intestinal).
• Relajantes musculares tópicos.
Estas medidas producirán cicatrización en más del 90% de las fisuras anales. Por lo general, hay una curación rápida sin problemas residuales. Sin embargo, es más probable que las personas que desarrollan fisuras las vuelvan a presentar en el futuro.
En ocasiones, se vuelve crónica y no sana, en cuyo caso es necesario recurrir a un procedimiento quirúrgico menor para relajar el esfínter.
Para prevenir las fisuras anales en los bebés, es necesario asegurarse de cambiar los pañales con frecuencia. Mientras que para prevenir fisuras a cualquier edad se recomienda:
• Mantener el área anal seca.
• Limpiarse con materiales suaves (toallitas).
• Evitar la irritación del recto.
• Corregir oportunamente los problemas de estreñimiento o diarrea.
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