El alcalde Ángel Nozal da instrucciones a distintos departamentos municipales a fin de tramitar ante la UNESCO la solicitud, basada en la conservación de su arquitectura andaluza frente al voraz crecimiento urbanístico de la Costa del Sol.
Mijas Pueblo aspirará en un futuro no muy lejano a ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Un proceso para el que el alcalde ha dado instrucciones a varias áreas municipales para iniciar la tramitación de la solicitud ante la UNESCO, organismo internacional que otorga dicha distinción.
Se trata de una larga tramitación que, en el mejor de los casos, conllevará un proceso de dos años y medio de duración antes de que la UNESCO adopte una decisión que servirá para preservar de cara al futuro la imagen y arquitectura andaluza de Mijas Pueblo. El proceso tendrá su primer escalón en la Junta de Andalucía, que debe proponer al Ministerio de Cultura la inclusión de Mijas Pueblo entre los integrantes del listado indicativo español de municipios, espacios naturales o eventos artísticos o culturales aspirantes a Patrimonio de la Humanidad.
Una vez incluida la candidatura de Mijas Pueblo en el listado, este pasa a engrosar la denominada lista global, que durante un periodo no inferior a un año será estudiada por un comité de expertos de la UNESCO.
Este organismo institucional dependiente de la ONU decide si una ciudad, espacio natural o enclave artístico merecen la catalogación de Patrimonio de la Humanidad en virtud de la declaración de la ‘Convención para la protección del patrimonio mundial, cultural y natural’ celebrada en París en noviembre de 1972, en la que se recogen qué características deben reunir los enclaves candidatos para obtener tal distinción.
Mijas Pueblo ya fue galardonada en 1969 como Conjunto Histórico Artístico
 Entre los valores tipo “universal excepcional” estipulados en la referida Convención de París que una ciudad debe reunir para ser declarada Patrimonio de la Humanidad figura “ser un ejemplo destacado de formas tradicionales de asentamiento humano o de utilización de la tierra o del mar, representativas de una cultura (o de varias culturas), o de interacción del hombre con el medio, sobre todo cuando este se ha vuelto vulnerable debido al impacto provocado por cambios irreversibles”. Precisamente, sobre esta premisa girará la candidatura de Mijas para su declaración como Patrimonio de la Humanidad.
Mijas Pueblo ha sabido mantener su arquitectura típica de la cultura andaluza y posee numerosos vestigios etnográficos de cómo el hombre interactuaba con el medio en un entorno, la Costa del Sol, que en las últimas décadas ha sufrido el irreversible impacto del crecimiento urbanístico desmesurado.
Mijas Pueblo ya fue galardonada en 1969 como Conjunto Histórico Artístico, distinción basada en criterios vinculados al tipismo y a su carácter pintoresco. De hecho, el decreto gubernamental que dio lugar a la declaración señalaba que “la importancia fundamental de Mijas reside actualmente en sus depuradas características de pueblo andaluz y en su privilegiado emplazamiento. La típica aglomeración de pintorescas calles y plazas y la propia sencillez de sus edificios de cumplida blancura, con rejas y balcones repletos de flores, está enclavada en medio de un soberbio panorama, con la montaña cubierta de pinos a la espalda y frente a una espléndida extensión del mar”, valores que “deben ser protegidos de toda alteración o menoscabo mediante la oportuna declaración, que le proporcione la adecuada protección estatal”.
Declaración que bien podría servir de catapulta para la candidatura de Mijas Pueblo a Patrimonio de la Humanidad y que ha servido de guía de la política desarrollada por el equipo de Gobierno. De hecho, la principal apuesta ha sido la del embellecimiento de Mijas Pueblo, recuperando las macetas con flores en la inmensa mayoría de calles del casco histórico, eliminando trazados de cables aéreos de suministros, promoviendo la limpieza y pintado de blanco de las fachadas y propiciando la retirada de elementos que rompen la estética típica andaluza, como chapas en azoteas, antenas parabólicas o compresores de aires acondicionado de las fachadas. Igualmente, el equipo de Gobierno contrató la redacción del denominado PEPRI (Plan Especial de Protección y Régimen Interior) cuya filosofía redunda en el mantenimiento de las características arquitectónicas y paisajísticas de Mijas Pueblo. El edil de Turismo, Santiago Martín, reconoció que “el empeño no es fácil, aunque vamos a intentarlo”. Además, sostuvo que las 254 ciudades que en la actualidad son Patrimonio de la Humanidad son “enclaves eminentemente turísticos y, en Mijas, vivimos del turismo”. En este sentido, señaló que hay ciudades “que no son eminentemente monumentales, ni atesoran una dilatada historia”, como puede ser el caso de Filadelfia en Estados Unidos, “pero que concursaron y lograron la declaración de Patrimonio de la Humanidad”.

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