En tiempos de crisis como estos, abrir un negocio no resulta nada fácil. Además del riesgo empresarial, la burocracia administrativa solía alargar todo el proceso, situación que suponía incluso el empresario desistía finalmente de abrir sus puertas.

A este problema se añade, un gran número de comercios y empresas que se encontraban en situación ilegal al carecer de licencia o no estar actualizada. Algunos de ellos habían iniciado su actividad al mismo tiempo que solicitaban la licencia, con el riesgo de su paralización.

Desde diciembre de 2012, la nueva ley permite agilizar los trámites gracias a la declaración responsable, y se han otorgado 277 autorizaciones para abrir un negocio, cifras que se unen a las 288 de 2012.

La declaración responsable consiste en una declaración del propietario que certifica cumplir todos los requisitos técnicos y de seguridad, siempre que se dedique a una actividad sin riesgo de perjudicar la salud de los clientes y su local tenga menos de 300 metros cuadrados. Así muchos pequeños negocios pueden abrir sin tener que esperar la resolución administrativa del ayuntamiento.

Sin embargo, este nuevo procedimiento no exime de obligaciones, el interesado está obligado a presentar la firma por parte de técnicos autorizados, que corrobore la calidad de las instalaciones. La administración también hará por su parte las comprobaciones pertinentes. Por ello el Ayuntamiento recomienda a todos los empresarios que saquen su licencia.
 

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