Pese a la Junta de Andalucía, la Escuela Infantil Europa abrirá sus puertas el próximo curso para acoger a un total de 148 niños entre 0 y 3 años de La Cala y urbanizaciones colindantes.
Y hay que decir “pese a…”, ya que el Gobierno andaluz anunció en junio, para después confirmar en noviembre de 2012, que el centro no abriría sus puertas de cara al curso 2012-13, al no poder conveniar las plazas ni durante ese curso (el presente), ni el siguiente.
Así era el panorama y así estaban las cosas hasta hace bien poco, para desesperación de padres y frustración de vecinos, que tuvieran hijos en esas edades comprendidas o no.
La Junta de Andalucía, en aspectos administrativos, se ha convertido en un organismo hierático, afecto de una solemnidad e inmovilismo llevado a los extremos más absurdos.
Cuando se cierra en banda, como en el caso de los terrenos de Las Lagunas ofrecidos para la construcción del colegio y calificados como inundables (por si viene otro Diluvio Universal), demuestra que a tozudez no hay quien le gane, es una postura tan cerril como la adoptada con la escuela infantil de La Cala.
El ejercicio de la política debe ser practicado desde la legalidad, el diagnóstico de las necesidades de los ciudadanos a los que sirve y, sobre todo, desde la pericia del sentido común y la búsqueda de soluciones imaginativasPermitir, o querer propiciar, que no se ponga en uso unas instalaciones modélicas, que costaron en 2010 nada menos que 2,2 millones de euros, perfectamente equipadas y amuebladas, y que son absolutamente necesarias para el arranque educativo de nuestros hijos y propiciadoras de que sus padres puedan ir a trabajar dejándolos en las mejores manos, es sencillamente abominable.
El ejercicio de la política debe ser practicado desde la legalidad, el diagnóstico de las necesidades de los ciudadanos a los que sirve, y, sobre todo, desde la pericia del sentido común y la búsqueda de soluciones imaginativas.
Eso es justo lo aplicado por el alcalde Ángel Nozal, con sus tenientes de alcalde Lourdes Burgos y Silvia Marín, y el coordinador de Educación José María Moreno. Han buscado una solución imaginativa al renunciar a gran parte del canon de explotación de otra escuela infantil, la Gloria Fuertes de Las Lagunas.
Al renunciar el Ayuntamiento a obtener ingresos por el canon anual de explotación de ambos centros, permite sacar a concurso, mediante un proceso negociado sin publicidad, la licitación de ambas guarderías por un periodo de dos años.
Las plazas tendrán un coste asumible de 52 euros mensuales, que pasan a 69 euros mínimos para los que utilicen además de la guardería, el comedor.
Un comedor que no ofrecerá comida de la detestable ‘línea fría’, sino caliente y cocinada en el mismo día, otra de las desafortunadas políticas del organismo autonómico, que impone en tantos colegios y anteponiendo el criterio económico ante algo tan sagrado como la alimentación.
Son cosas desde luego que dan para pensar puesto que hablamos de formas de hacer política directa, esa que afecta al momento, aquí y ahora; la que perjudica o beneficia a colectivos dejando incluso secuelas y consecuencias de difícil análisis, como sería entrever la trayectoria de un niño y sus progenitores, habiendo estado o no atendido desde muy temprana edad en la escuela infantil, el primer escalón de una educación de calidad.
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