Aunque hoy en día y, a pesar de los grandes avances en igualdad, aún siga siendo sorprendente ver a una chica enfrentándose a las llamas, lo realmente meritorio es conocer a una madre de familia que, como Ada Gómez, lo mismo cuida de sus hijos que pasa 24 horas en el parque de Bomberos expuesta a todo tipo de situaciones. De ahí que sea una de las homenajeadas del área de Igualdad con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Mijas Semanal. ¿Qué sintió al saber que era una de las premiadas?
Ada Gómez. Pienso que, dados los avances en igualdad, hay que ver como algo más normal que haya mujeres que desempeñen profesiones como esta. El mérito lo tienen todas las mujeres que trabajan, ya que nos ha tocado vivir un momento en el que se espera mucho de nosotras, que seamos buenas madres, buenas parejas, que nos cuidemos y que demos el callo en el trabajo. Me siento portavoz de todas esas mujeres porque mi trabajo es un poquito más especial. Me lo merezco pero no más que cualquier otra, ya que somos muchas las que estamos todo el día luchando.
M.S. Sin embargo, no podemos dejar de lado que, para ser mujer, desempeña una profesión fuera de lo común.
A.G. Yo me siento una privilegiada ya que los días libres que tengo en el trabajo me permiten disponer de más tiempo con mis hijos. Por cada turno de 24 horas que hago, tengo cuatro días de descanso, así que prácticamente estoy de ama de casa. Cuando me toca venir de nuevo, cambio el chip y aunque hago el pino para poder dejar a los niños, vengo con muchas ganas porque me satisface mi trabajo y lo comparto con un grupo de personas increíble. En cambio, me imagino a otras mujeres, cuyos maridos estén parados, tengan cuatro hijos y estén todo el día en la calle trabajando. Ellas sí que tienen un gran mérito y son las que deberían recibir los premios.
M.S. ¿Cómo es el trabajo de una bombera?
A.G. Entré en el cuerpo de Bomberos de Mijas en octubre de 2003 como personal de refuerzo para completar los grupos de trabajo, que debían tener un mínimo de cuatro personas. Hoy, de los 31 efectivos con los que cuenta el parque, solo somos dos mujeres, mi compañera Reme y yo. Aparte de los turnos fijos, existen ciertos días de retén que, aunque no trabajes, hay que estar disponible para cualquier emergencia. Cuando ocurre algo, tengo que ingeniármelas para estar aquí en el menor tiempo posible aunque, afortunadamente, es algo que no ocurre muchas veces.
“Si pudiera volver atrás, elegiría esta profesión. Me siento muy afortunada”Sin embargo, no nos vemos a diario en situaciones de vida o muerte, tenemos nuestra rutina de actividades, de callejeros, comprobar hidrantes, hacemos deporte y estudiamos. En verano, sí que estamos mucho más activos, porque la población se dobla y hay más incendios y accidentes.
M.S. ¿Cómo es el día a día con los compañeros?
A.G. Muy bueno. Tenemos aficiones comunes, estoy en un grupo en el que nos gusta a todos lo mismo, para mí es un día en el que puedo salir de mi papel de madre. Particularmente, me gusta mucho el deporte, practico triatlón y voy a competiciones con mis compañeros. Además, dependiendo del turno, vamos rotando, de manera que todos hacemos de todo. Por otra parte, creo que tengo la capacidad de mantener la calma en situaciones límite. Soy bastante tranquila, no me pueden los nervios y también tengo bastante resistencia para escalar o descender.
M.S. ¿Cuál suele ser la reacción de la gente al saber que es bombera?
A.G. Siempre me sacan los colores, cuando voy con amigos, les encanta decirle a todo el mundo que soy bombera. Yo creo que ya cada vez habría que verlo con más normalidad, sobre todo aquí, en Mijas, donde la gente ya sabe que somos dos bomberas. No obstante, a muchos todavía les choca, porque a veces se quedan mirando cuando voy conduciendo el camión, aunque yo hago como que no me doy cuenta. Tengo claro que, si pudiera volver atrás, elegiría esta profesión; me siento muy afortunada, pienso que no podría estar mejor en otro lugar.
M.S. ¿Cuál es su mayor satisfacción en esta profesión?
A.G. Ante todo, salvar vidas. El invierno pasado, nos dieron el aviso de un hombre que intentaba suicidarse en el mar. Estaba cayendo la tarde y no se veía nada. El hombre estaba casi para rendirse, desnudo y helado de frío. Si hubiéramos llegado 10 minutos más tarde, no lo habríamos rescatado. Hace poco, nos envió una carta mostrándonos su agradecimiento por aquella actuación. Hay momentos muy peliagudos, como cuando tres compañeros tuvimos que acudir a un incendio en una vivienda, de repente, me vi sola apagando el fuego del interior de una casa con una bombona de butano a punto de reventar.
M.S. Por último, ¿piensa que se ha alcanzado la igualdad en este oficio?
A.G. En general, sí. Aunque a la hora de las pruebas físicas, los parámetros de las mujeres son más bajos que los de los hombres cuando, en realidad, debería haber un mínimo igual para ambos sexos. Además, las pruebas deberían adecuarse a la actividad que realmente se hace, como equilibrio, resistencia, claustrofobia o trabajar en altura.
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