Últimamente aparecen noticias sobre importantes avances en medicina en cuanto a la “curación” de las lesiones medulares o avances técnicos que permiten mejorar la calidad de vida de los lesionados, como exoesqueletos que pueden hacer caminar a un parapléjico.
La mayoría de las lesiones medulares están causadas por traumatismos de la columna vertebral, en accidentes de tráfico, accidentes laborales, caídas, zambullidas... Otra parte pueden estar causadas por enfermedades infecciosas, tumores, problemas circulatorios, etc.
La gravedad y la extensión de las deficiencias dependerán de si la lesión es completa o incompleta y del nivel de la médula en la que se sitúe. Aparecerán deficiencias motoras, de la sensibilidad, del control esfinteriano, respiratorias y vagales.
La fisioterapia desde el principio es uno de los pilares para recuperar la máxima independencia del paciente y evitar complicaciones como deformaciones, úlceras, problemas respiratorios, etc. Suele durar unos 8 meses si no se presentan muchas complicaciones.
La reeducación se inicia cuando el paciente está encamado y en esta fase los objetivos son prevenir las úlceras por decúbito y las deformidades articulares mediante los cambios posturales adecuados, mantener la movilidad articular mediante la movilización de todas las articulaciones por encima y por debajo de la lesión, fisioterapia respiratoria con ejercicios adaptados a cada paciente y puesta en carga precoz (3 o 4 semanas del accidente) si no existen contraindicaciones, de forma muy progresiva, para favorecer, por ejemplo, el tránsito intestinal y la diuresis, entre otras cosas.
La segunda fase de la reeducación es colocando al paciente sentado. El inicio de esta fase dependerá del tipo de lesión y su origen. Se trabajará para conseguir control del tronco, buscando mejorar al máximo el equilibrio y la fuerza de la musculatura del tronco y los miembros superiores.
La tercera fase es la reeducación de la marcha en los casos que sea posible, sirviéndonos de ayudas técnicas adaptadas a cada caso.
Durante el tratamiento pueden aparecer una serie de complicaciones, por lo que habrá que estar siempre alerta y detectarlas a tiempo: escaras, retracciones, fracturas, espasticidad, dolor, etc.
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