Existe un ritual sagrado que se repite cada verano en el corazón de Mijas Pueblo. Cuando el calor del día se rinde a la clemencia de la brisa de la sierra, el Auditorio Miguel González Berral se transforma en un templo de historias bajo una cúpula de estrellas. Es el Festival de Teatro Villa de Mijas, un sortilegio que este 2025 ha cumplido su trigésimo novena edición. Tras el estruendo rítmico y reciclado de ‘Trash’ el jueves 24, el fin de semana nos regaló un viaje por otros tres universos distintos, tres formas de entender el arte y la vida, tres latidos que resonaron en el alma de un público entregado.
Como custodio de este legado, el concejal de Cultura, Juan Carlos Maldonado (PMP), subrayó la importancia de una cita que es, desde hace muchísimo tiempo, un emblema en Andalucía. “Son 39 años ya de un festival con bastante solera, todo un referente en el mundo cultural y del teatro, pero seguiremos trabajando para darle ese nivel que Mijas requiere”, señaló, consciente de que se acerca una cifra redonda: el cuarenta aniversario.
El susurro de un maestro
La noche del viernes 25, el patio de butacas guardó un silencio casi reverencial. Sobre el escenario, un gigante de 95 años, Héctor Alterio, desgranaba los versos de su vida en ‘Una pequeña historia’. Acompañado al piano por Juan Esteban Cuacci, su voz se convirtió en un susurro de la memoria, un tango nostálgico que narraba el exilio y el amor. “Es una pequeña historia que espero que se haga grande para que guste mucho al público, se conmueva y aplauda”, deseó el maestro. Y vaya si lo consiguió.

- Héctor Alterio ofreció un show íntimo
- | M.C.
“Somos muy afortunados de poder disfrutar de un actor tan longevo y tan maravilloso”, reconoció Irene Barroso desde el público. Su amigo Miguel Pérez, un habitual del festival, sentenció que “es un actor formidable”. Cerca, Baltasar Angulo, destacaba la magia de un directo tan poderoso afirmando que “no es como el cine, es más profesional”. Pero fue en la voz de Gabriela Iañez donde la emoción encontró su eco más profundo, sobre todo, por ser Argentina: “Es su esencia, es Argentina. Es el latir del corazón de decir ‘estoy en casa’”.
La carcajada como trinchera
Del susurro se pasó al estruendo de la risa. La compañía Yllana, vieja conocida de Mijas, regresó el sábado con ‘War baby’, una sátira antibelicista tan disparatada como afilada. “Es una comedia sin palabras, donde un bebé dictador provoca guerras sin sentido, como todas las guerras”, explicó el actor Fidel Fernández. Habrá a quien le suene a absurdo la historia de un bebé dictador que provoca un conflicto armado, pero eso es porque no han tenido nunca un bebé entre manos…

- La compañía Yllana, vieja conocida de Mijas, regresó el sábado con ‘War baby’
- | M.C.
El público, que volvió a llenar el recinto, celebró la propuesta. “Todo el mundo, no solo el pueblo, sino gente de fuera, espera este festival”, aseguró Pilar Núñez, quien al día siguiente cambiaría su butaca por el escenario como actriz de Teatro Mijas. Otros, como Dulce María Blanco, descubrieron la cita por casualidad: “Dando un paseíto en moto hemos visto el auditorio y nos han dicho que era un espectáculo gratis, así que aquí nos hemos quedado”. Una noche para disfrutar en familia, como hizo Cecilia Aguilera: “Es la primera vez que vengo este año porque trabajaba, y hemos venido para reírnos un rato”.
El pulso de la cantera
El cierre del festival, como manda la tradición, tuvo acento local. Teatro Mijas se atrevió con ‘Una libra de carne’, una valiente relectura de ‘El mercader de Venecia’ de Shakespeare. Su director, el clásico Manuel España, destacó la cuidada puesta en escena al referir que “el maquillaje está hecho por nosotros, la máscara de la farsa es para que se vea bien que la obra es una farsa”. El público arropó a su compañía, valorando no solo la interpretación, sino también la vigencia del mensaje. “Me ha gustado muchísimo la temática, yo creo que incluso es actual por cómo trata la explotación laboral”, comentó Valle Galindo tras la función. Una opinión que compartía Rafael Rojas: “Ha sido un poquito larga, pero ha estado muy entretenida, con un reparto muy bueno”.

- Teatro Mijas cerró el festival
- | M.C.
Así, con la voz de su propia gente, el XXXIX Festival de Teatro Villa de Mijas bajó el metafórico telón. Cuatro noches, cuatro latidos, un solo aplauso. El ritual se ha cumplido. Larga vida al teatro.
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