Hay tormentas que no avisan. Llegan en silencio, en un día cualquiera de enero, y en un instante lo cambian todo. La vida de Sergio, hasta 2023, era la de un niño sano con un futuro lleno de luz. Pero una sinusitis no detectada desató un huracán interior, una encefalitis que le provocó un daño cerebral severo y lo sumió en un nuevo y desconocido universo.
Hoy, con 13 años, el día a día de Sergio es una batalla constante, un camino de pequeños pasos y grandes obstáculos. Y en el centro de ese cosmos, sosteniéndolo todo, está su madre, Patricia Moreno. Una madre coraje. “El movimiento, digamos, lo tiene, pero lo que falla es el motor”, explica Patricia con una entereza que sobrecoge.
Esa es la metáfora cruel y precisa que define la realidad de Sergio. Su cuerpo recuerda cómo caminar, pero el cerebro, herido en su hipotálamo, a veces no encuentra el interruptor para enviar la orden. La silla de ruedas es la secuela más visible, pero la herida es más profunda: afecta a la memoria a corto plazo, al habla, incluso a la capacidad de regular su propia temperatura corporal.
Fue una infección sigilosa y de difícil acceso que requirió dos meses de ingreso y un océano de antibióticos para ser vencida. El enemigo se fue, pero dejó tras de sí un campo de batalla.
Un receso en el combate
Pero, en esa lucha, a veces, se abren claros de luz. Uno de ellos llegó gracias a una terapia alternativa en Barcelona, con el doctor Manuel Gálvez. “Mejoró muchísimo”, recuerda Patricia. Sergio volvió a andar agarrado a su carrito, su capacidad de respuesta se avivó. Fue un destello, la prueba de que el niño de antes seguía ahí, esperando.
Sin embargo, el camino es largo. “La terapia hace su efecto, digamos que limpia la zona, pero, por desgracia, se vuelven a generar residuos en el interior de su cráneo que le afectan”, cuenta su madre.
El apoyo de Mijas
El calor, un simple resfriado… cualquier cosa puede desdibujar lo ganado. Por eso, en septiembre, tienen que volver a Barcelona. Y regresar significa un nuevo esfuerzo titánico. Cada sesión de la terapia ronda los 250 euros, sin contar el viaje y el alojamiento. Una montaña económica que una familia no puede escalar sola. Y aquí es donde la historia de Sergio y Patricia se convierte en la historia de toda una comunidad.
La asociación Sembrando Sonrisas, con su presidenta Rosa Planelles al frente, fue la primera en tender la mano. “Vemos su lucha diaria, vemos el amor hacia su hijo y vemos que necesita ayuda”, afirma Planelles, cuya entidad ya organizó un torneo benéfico en marzo de este año que, pese a la lluvia que cayó ese día, recaudó los fondos suficientes para el primer viaje.
Ahora, para este nuevo impulso, ha nacido algo más. Un bálsamo para el alma. El artista multifacético mijeño Abraham Valle ha compuesto una canción, un himno a la resiliencia titulado ‘Madre coraje’. Una letra que es un abrazo colectivo hecho música: “Eres madre coraje de un ser de luz / que solo con mirarte te hace feliz / aunque todo el camino parezca ‘cruz’ / vamos a dar la ‘cara’ siempre por ti”.
“Con esta canción”, explica Rosa, “lo único que pretendemos es que ella sepa que hay muchas, muchas personas anónimas a su alrededor que la apoyan”. Es la voz de un pueblo susurrándole a una de sus heroínas que, en esta batalla, nunca caminará sola.
¿Cómo ayudar?
Para todas aquellas personas que deseen colaborar con la causa de Sergio, Planelles explicó las vías de contacto disponibles. Según detalló, los interesados pueden ponerse en contacto directamente con la madre de Sergio a través de la página de Facebook ‘La sonrisa de Sergio’. Asimismo, la propia asociación Sembrando sonrisas centraliza la ayuda y ofrece todo tipo de información sobre la enfermedad y las terapias a través de sus canales de contacto, disponibles tanto en sus páginas web como en Facebook.