Los alumnos del taller de escritura creativa de la UP finalizaron este martes su curso con una última clase de improvisación. La cita fue en la Casa de la Cultura de Las Lagunas y congregó a los tres grupos que dirige la profesora Azahara Iglesias. La actividad consistió en escribir un texto a partir de diferentes escenas, trabajando así el poder de la imaginación. “En una de las escenas no hay ningún tipo de personaje ni de acción, sólo hay objetos. En otra hay un personaje pero nada de acción. Y este año vamos a tener una colaboración muy especial con algunos alumnos del taller de teatro y con su profesor Marco Morales, que van a venir a hacer una pequeña representación sin final con el final abierto”, resumió Azahara Iglesias.
En cuanto a esta última escena, Rosario Gómez, alumna del taller de teatro de la UP, explicó que “voy a interpretar el papel de una mujer que está viendo una exposición aquí en la Casa de la Cultura, y me encuentro en este caso con un amigo, que en este caso es el profesor Marco, que hace 20 años que no nos vemos y con quien tuve una relación en Italia”.
Y a partir de esa situación, el alumnado continuó la historia en su papel aunque, a diferencia de lo que suelen hacer en clase, en esta ocasión no pusieron en común lo que fueron escribiendo. “Esta vez tendrán que escribir un final de su relato pero no lo leeremos, sino que lo vamos a publicar en el blog que tenemos en nuestro taller, así que todo será una sorpresa”, señaló la profesora.

- La profesora del taller de escritura creativa con algunos de sus alumnos.
- MIJAS COMUNICACIÓN.
Segundo año del taller
Las clases de escritura creativa han dado para mucho, aseguraron ayer los alumnos. En su segundo año, todos ellos han ido adquiriendo más vocabulario, han ido puliendo su estilo y han aprendido a estructurar, poco a poco, su relato y sus pensamientos. “Ha sido un poco la continuación del curso anterior, pero mucho más completo, también más difícil, al menos para mí. Pero nos ha gustado mucho, hemos aprendido un poquito más y yo estoy decidida a repetir el próximo curso”, dijo la alumna Ana Sobrón.
También hizo una valoración muy positiva del taller el alumno Luis Barrio, quien destacó especialmente el papel de la profesora, “que te da en esa tecla que tú antes no habías forzado o no pensabas que tenías, y que hace que vayas descubriendo sensaciones, que te vayas implicando a la hora de escribir y que cada día nos vaya gustando más”.
Son clases que han llamado la atención de personas jubiladas, pero también de jóvenes, que comparten la misma ilusión de escribir y expresar lo mejor de cada uno.
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