Retratos, figuras humanas, paisajes evocadores, bodegones o rincones pintorescos forman parte de la producción artística de Antonia Moreno, la próxima exponente del ciclo Femenino, Plural del área de Cultura. Colores cálidos y luminosos capaces de transportar al espectador hasta escenas cargadas de serenidad componen los lienzos de esta artista, que se podrán ver a partir del 3 de agosto en el Patio de las Fuentes del Ayuntamiento.

Una muestra en la que el público encontrará una treintena de cuadros pintados al óleo, así como algún que otro acrílico y dibujos trazados a carboncillo. “Siempre me ha gustado mucho el dibujo y, ahora que tengo poco tiempo, es una buena manera de continuar con esta afición”, comenta.
Los cuadros de Antonia navegan por registros muy diferentes.

Manteniendo siempre el toque realista que caracteriza a toda su producción, la pintora confiesa sentir predilección por la figura humana, que plasma ya sea en forma de retrato, como el de la infanta Leonor, o con siluetas que forman parte de escenas más amplias. También podemos encontrar marinas, como la que representa una playa de Zahara de los Atunes o la del castillo de Fuengirola, además de rincones muy pintorescos típicos de Mijas Pueblo.

Trayectoria artística

La afición de Antonia por la pintura se remonta a la infancia. “Ya desde pequeña, me gustaba mucho dibujar”, confiesa. En el año 89, comenzó a tomar clases en la Casa de la Cultura de Fuengirola, donde estuvo unos dos años; sin embargo, es a partir del año 96 cuando Antonia decide comenzar a dedicarse en serio a este mundillo.

Más tarde, del año 2000 al 2006, fue delegada en Mijas de la Asociación Española de Pintores y Escultores, con la que realizó numerosas muestras colectivas. Junto con Mijas, la artista ha expuesto también en otras ciudades, como Madrid o Sevilla; en esta última, una galería de arte le propuso vender sus cuadros, teniendo especial éxito los bodegones.

En los últimos años, sin embargo, Antonia se ha decantado más por el dibujo, una técnica que le permite ser consciente de la soltura que ha adquirido desde sus inicios. “Pintar requiere de mucha tranquilidad y paciencia. Antes, le dedicaba unas 3 o 4 horas al día y, ahora, por falta de tiempo, estoy en una etapa menos activa. Sin embargo, es bueno, porque cuando se retoma la actividad, se encuentran nuevas visiones y se ven cosas que antes no se veían”, explica.

A lo largo de su trayectoria, Antonia ha contado con la satisfacción de recibir buenas críticas por parte del público. Así, aunque confiesa que no es posible vivir de la pintura, sí ha recibido en este tiempo muchos encargos que, al menos, le han permitido sufragar los materiales de sus creaciones. 
 

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