Es la más pequeña de las palomas, con una longitud de 27 cm y unos 52 cm con las alas abiertas. Posee un plumaje muy vistoso, que mezcla los tonos marrones, negros y ocres sobre las alas y el color rosado o púrpura en el pecho.
Destaca también el halo rojizo alrededor del ojo y una mancha sobre el cuello muy característica, con listas negras sobre fondo blanco. No existen diferencias apreciables entre ambos sexos.
A diferencia de la tórtola turca, que habita las zonas urbanas, esta especie es más propia de áreas rurales, en zonas de labranza con abundante vegetación riparia, arbustiva o arbórea, así como en jardines de grandes extensiones. Se alimenta sobre el suelo de brotes de hierbas y pequeñas semillas.
Su voz, al igual que otras tórtolas, es un monótono y monocorde ronroneo. Construye el nido con pequeñas ramas o palitos en forma de plataforma y a cierta altura sobre la vegetación, con una puesta de dos huevos, en dos o tres nidadas desde mayo a julio.
En primavera es posible ver pequeños grupos migratorios que atraviesan Europa desde el norte de África. Posteriormente, ya en pleno verano suelen formar bandadas que frecuentan los rastrojos en busca del grano que haya quedado tras la cosecha. Es considerada una especie cinegética, aunque se encuentra catalogada como vulnerable.
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