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Jueves 02/05/2024

Reportajes

Los mijeños, fieles a San Blas y a la bendición de sus rosquillas

  • La onomástica del 3 de febrero se celebró nuevamente en la ermita de San Antón, en Osunillas
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Un año más, los vecinos se llevaron estos panes que, bendecidos, son considerados un protector ante los males de garganta y atragantamientos

Desde los años 60, Mijas celebra esta tradición, que tiene su origen en la Edad Media, cuando el obispo de Sebaste y mártir en el siglo IV fuera considerado el protector ante los males de garganta y atragantamientos al salvar a un niño que se estaba ahogando al clavarse una espina al comer. Siglos después, San Blas sigue teniendo sus devotos que, año tras año, no faltan a la celebración de su día en busca de una rosquilla bendecida, un gesto que trasciende el milagro del santo, ya que según el párroco de Mijas Pueblo, Francisco Villasclaras, “el que se bendiga el pan es porque bendecir significa hacer el bien, y todo el que coma un cachito de este pan, pan bendito, se compromete a hacer el bien”.

Decenas de vecinos asistieron a la misa en honor del santo. Niños, jóvenes, adultos y personas mayores, encargados de mantener viva esta tradición. La vecina Paqui Jaime afirmó que “todos los años venimos a por mis rosquillas y ahora nos las comemos con chocolate”.

El párroco de Mijas Pueblo, Francisco Villasclaras, bendiciendo las rosquillas de pan.

El párroco de Mijas Pueblo, Francisco Villasclaras, bendiciendo las rosquillas de pan.

Imagen de San Blas, que sostiene una rosquilla.

Imagen de San Blas, que sostiene una rosquilla.

Decenas de vecinos participaron en la festividad, que se celebra el 3 de febrero.

Decenas de vecinos participaron en la festividad, que se celebra el 3 de febrero.

Niños, jóvenes, adultos y personas mayores, se encargan de mantener viva esta tradición.

Niños, jóvenes, adultos y personas mayores, se encargan de mantener viva esta tradición.

Desde los años 60, Mijas celebra esta tradición, que tiene su origen en la Edad Media.

Desde los años 60, Mijas celebra esta tradición, que tiene su origen en la Edad Media.

La ermita de San Antón, en Osunillas, se llenó durante la misa oficiada en honor al santo.

La ermita de San Antón, en Osunillas, se llenó durante la misa oficiada en honor al santo.

A otros no les hizo falta un acompañamiento tan dulce al pan para hincarle el diente, como a Salvador Cuevas, quien aseguró que “las rosquillas están riquísimas, menos mal que no perdemos esta costumbre ni la de San Antón. Con ella, venimos aquí a por nuestros panes y ya echamos la tardecita aquí”.

La tradición, todo indica, que se seguirá manteniendo porque gusta a los de aquí y a los que vienen de otros países. “Es muy bonita, a todo el mundo le gusta, porque te llevas tu rosquita, y no es por el hecho de llevarte pan, sino por llevártelo bendecido, porque todos creemos que nos va a ayudar en algo”, manifestó la vecina Francisca Romero. Al igual que ella, Jo Franks se mostró encantada con nuestras costumbres: “llevo 40 años viviendo en Mijas y me gusta esta fiesta y vivir en Mijas, estoy muy contenta aquí”.

Los Mayordomos de San Antón son, en buena parte, los responsables de que no se pierda esta costumbre ni su leyenda. Ellos, de nuevo, junto a la Iglesia, organizaron esta festividad que se celebra cada 3 de febrero.

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