La Asociación Avatés hace balance de 2023. Este año se han dedicado a ayudar a otros colectivos gracias a los ingresos que reciben por la venta en su quiosco y por los distintos eventos solidarios que organizan. Según su presidenta, Pepi Moya, “hemos entregado donaciones a partir de 1.500 euros a colectivos como UAPO, la asociación de lucha contra el ELA, y varias asociaciones más como NUPA. Hemos estado todo el año trabajando y le hemos aportado una ayuda de parte de Avates”. 

Este colectivo está integrado por voluntarias, principalmente, encargadas de atender el quiosco que tienen junto al Centro de Salud de Las Lagunas, aunque son muy activas y siempre andan pensando en eventos y actividades solidarias para conseguir recaudar fondos. En estos momentos, sus esfuerzos se centran en ayudar a reubicar a familias con necesidades muy acuciantes. Les consiguen una vivienda, las integran en un pueblo o barrio, ayudan a la escolarización de los menores y también a que los adultos encuentren un trabajo para poder mantenerse por sus propios medios. 

Este martes, coincidiendo con la llegada de la Navidad, consiguieron un nuevo milagro: encontrar un nuevo hogar y, por tanto, un futuro mejor, para una familia de origen paraguayo. Según Moya, “en este momento nuestro proyecto es llevarnos a familias a pueblos pequeños, porque aquí en la zona y en la costa no encontramos viviendas, todo está por las nubes y no lo podemos sufragar. Esta familia tiene dos niños y ya se quedaban sin techo. Hemos estado buscando una vivienda, que ya tenemos, la hemos equipado, con la colaboración de nuestras socias para que no le falte de nada, incluso alimentos. Hoy mismo salen hacia allí, en busca de una nueva vida”. 

Según la madre de esta unidad familiar beneficiaria, Alicia Thomson, “Avatés nos ha dado una gran oportunidad. Queremos sacar adelante nuestra familia, a nuestros hijos, vinimos por la educación de los pequeños y esta es una gran oportunidad para nosotros. Muchas gracias a esta asociación por ofrecernos esta ayuda tan importante”. 

El colectivo ya está ayudando a otra familia en similares circunstancias. Las han realojado en un pequeño pueblo del interior con 700 habitantes, y allí todos les están echando una mano. Los adultos ya buscan empleo y los pequeños están escolarizados. 

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