“Aplicar el principio de proporcionalidad”. Es el objetivo al que responde, según el edil de Asuntos Jurídicos, Miguel González-Berral, la modificación de los puntos 134 y 135 de la ordenanza de Seguridad y Convivencia Ciudadana aprobada en el pasado pleno municipal.
Según el edil, se trata de adecuar esta norma a la realidad social del municipio, y “evitar que se ponga una multa muy grave a alguien que ha cometido una infracción muy pequeña”. Para el alcalde, Ángel Nozal, “es un claro ejemplo de que no existe afán recaudatorio, es el ciudadano el que debe hacerlo bien para evitar las multas. Por mi parte, no siento compasión por aquellos que, con sus acciones, están denigrando al turismo”.
Aunque la ordenanza de Seguridad y Convivencia Ciudadana fue aprobada en 2010, ha sido su aplicación la que ha permitido comprobar las disfunciones que presenta. Ello ha sido a raíz de la creación del departamento de infracciones y sanciones dentro de la Policía Local, un área que, desde el pasado año, ha permitido comenzar a aplicar adecuadamente la ordenanza y sancionar los comportamientos incívicos.
“No obstante, no es lo mismo el que tira en el campo un camión de escombros que el deposita cuatro azulejos en un contenedor”, explicó González-Berral. Para el concejal socialista Nicolás Cruz, “esta sensibilidad debería aplicarse también a las tasas que se han subido recientemente”, mientras que para José Antonio Sánchez Peña, “el incivismo en Mijas es palpable, por lo que toda acción debe estar regulada”. Por su parte, el edil no adscrito José Manuel Tovar defendió la necesidad de que “se facilite al ciudadano una educación sobre su forma de actuar, que no lo vea como un castigo”.
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