El parque María Zambrano acogió el pasado sábado, 14 de octubre, una nueva edición de Gratiferia. Esta cita, en la que la gente ofrece cosas que ya no necesita y coge aquella que le puede interesar, suele celebrarse dos veces al año, coincidiendo con el cambio de armario de verano y, ahora, de invierno.
Desde ropa, zapatos y complementos de moda, pasando por libros, juguetes y artículos de decoración. En Gratiferia, que el sábado cumplió su quinta edición en el parque lagunero, todo es bien recibido, siempre y cuando se encuentre en buen estado. “Aquí, no sirven cosas que sobren en casa porque están deterioradas, para eso tenemos los puntos limpios. Lo que buscamos es una colaboración mutua entre vecinos, que nos podamos autogestionar entre nosotros, sin necesidad de consumir tanto y evitando generar tantísimos residuos”, explicó Susana Cortés, que impulsó esta iniciativa en su día con un grupo de madres y que, poco a poco, ha ido ganando importancia, contando para ello con nuevos colaboradores, como la Asociación de Vecinos María Zambrano.
Sobre esta feria, la presidenta del colectivo vecinal, Rosario Cortés, señaló que “es algo magnífico que se pueda seguir reciclando, que se vayan reutilizando cosas dándoles una segunda vida, y viene bien tanto para el bolsillo como para el medio ambiente”.
También se sumó a este evento el grupo de Facebook ‘Me lo quedo, hoy por ti, mañana por mí’, “que cuenta actualmente con más de 8.000 miembros y que funciona bastante bien desde hace cuatro años, porque en él puedes pedir lo que necesites y la gente puede donar aquello que ya no va a usar, todo ello comprobando que se trata de casos reales de familias de la zona”, apuntó Nuria López, portavoz del grupo.
Asistentes de Gratiferia
Entre las personas que acudieron a este curioso espacio de intercambio se encontraba Alicia Gaitán, “porque me gusta mucho cambiar de ropa, pero es raro que la compre nueva, normalmente la compro en mercadillos de segunda mano o en sitios como este”.
Al respecto, Gabriela Arias comentó que “hay ropa que tenemos en el ropero que no nos ponemos durante años, y hay quien dice que si no usamos una prenda desde hace más de un año, probablemente no nos la volveremos a poner”.
Todas las prendas y artículos que sobraron al cierre de la Gratiferia se destinaron a la asociación Remar para sus mercados benéficos.
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