Hace ya casi ocho meses que Carlos Huesa trabaja junto a un equipo de investigadores en un nuevo tratamiento que permita curar el cáncer de hígado. Lo hace desde su oficina de Boston (Masachussetts), en un trabajo de postdoctorado que lleva a cabo gracias a una beca de la Universidad de Harvard y que compagina con su labor de docente. La oportunidad surgió al poco tiempo de completar su doctorado en la Universidad de Navarra. “Intentamos desarrollar una herramienta que sea capaz de ayudar para los tratamientos de cáncer de hígado; consiste en un catéter que se inyecta por la arteria hepática para alcanzar el tumor que está en el hígado. Emite unas microesferas que tienen radiación e intentan llegar al tumor y aniquilarlo”, explica Carlos, que hace unos días compartió una charla en directo con la presentadora Mónica López en el programa ‘Mijas Hoy’. “La idea”, prosigue, “es intentar localizar lo máximo posible la radiación en el tumor, sin afectar al resto del tejido”, muy sensible a la radiosensibilidad. La herramienta que desarrolla junto a su equipo de trabajo trata de predecir la trayectoria de las microesferas a lo largo del árbol vascular del hígado, “de manera que podamos aportar a los médicos la información más precisa posible”.
Carlos Huesa nació y creció en Mijas, cursó sus estudios universitarios en Málaga y, más tarde, obtuvo su doctorado en la Universidad de Navarra. Huesa asegura sentirse muy orgulloso de poder aportar su granito de arena a la cura de esta enfermedad. De hecho, los resultados preliminares de su investigación han sido premiados por la Asociación Americana de Físicos Médicos. “Recibí la notificación de que lo habían premiado, lo cual me puso muy contento y, al final de julio, iremos a Houston, donde hará bastante calor, casi tanto como en Mijas, y tendremos que exponer los resultados de lo que estoy haciendo y hacia dónde va la investigación”, explica el ingeniero.
El postdoctorado que este mijeño realiza en Estados Unidos tiene una duración de dos años. Por suerte, le acompaña en esta aventura su mujer y asegura sentirse “muy afortunado, porque siempre me encuentro en el camino mucha gente buena que me ayuda y me apoya”. Aún así, dice echar de menos el pueblo que le vio crecer, a su familia y amigos, a quienes afirma que debe el empujoncito que necesitaba para decantarse por el campo de la física, las matemáticas y la medicina. “Recuerdo que cuando estaba a punto de acabar Bachillerato, no sabía muy bien qué hacer y tuve una conversación con mi padre que me marcó. Veía que hacer una ingeniería era algo muy difícil pero mis padres me insistieron en que hiciera lo que me gustara y luego ya se vería”. Y es que, dice, para él la familia lo es todo. “En Mijas, tengo muchos lazos familiares y sentimentales, la tengo muy presente y estoy muy orgulloso de mi tierra”, apunta y añade que, al final, “al tiempo te acostumbras, pero lo que más echo de menos es la comida. Ahora mismo me comería un espeto y un puchero de mi madre, lo tengo clarísimo”.
Y quizás sea en las próximas Navidades cuando pueda cumplir su deseo, ya que ya tiene programado su regreso para diciembre. Desde Mijas Comunicación, le deseamos muchos éxitos profesionales.
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