Tras formar a docentes y alumnos, el taller de RCP (Reanimación Cardiopulmonar) y primeros auxilios llega ahora a otro pilar de la comunidad educativa: los padres y madres. Las concejalías de Educación y Sanidad, por medio de las ampas, han querido que también sean estos los que sepan realizar las técnicas básicas para atender a una víctima ante una situación de emergencia. Así lo aseguró este lunes desde el edificio de Formación y Empleo de Las Lagunas, donde se ha realizado el curso, la concejala de Educación, Mariló Olmedo (Cs), quien dijo que “este taller ya lo hicimos el pasado año, en cada trimestre, y fue muy bien, incluso tuvimos que repetir sesiones por las mañanas porque había lista de espera de papás y mamás, así que seguimos haciendo y sigue siendo un éxito, a cada taller asisten unas 30 personas, por tanto, mientras haya demanda, lo seguiremos ofreciendo”.
Por su parte, la edil de Sanidad, Candela León (Cs), destacó que “actuar en el primer minuto es lo más importante, por lo cual todos deberíamos saber un mínimo conocimiento de lo que es una RCP y cómo actuar en ese momento y estar concienciado de qué debemos y podemos ayudar”.
El curso sirve, según su monitor, el sanitario Manolo Heredia, “para aprender algo tan importante como saber actuar hasta la llegada de los equipos de emergencia y ofrecer al paciente los primeros auxilios o realizarle una reanimación cardiopulmonar”. El profesional nos explica cómo debemos actuar ante una situación así. Nos dice que lo primero que debemos hacer es “asegurar la zona, hablarle a conciencia al paciente, pellizcarle y zarandearle para comprobar si está o no consciente. Si no lo está, alerto a alguien en la calle para que se venga a mi lado, le pongo una mano en la frente y la otra en el mentón, lo hiperextiendo y mi oreja va a su boca y tengo que escuchar, sentir y ver si su torax se eleva, es decir, comprobar si respira”. Si no respira, alertamos al 112 y empezamos con la maniobra de compresiones cardiacas. “La mano entrelazada va entre manila y mamila, me pego de rodillas lo máximo posible al paciente, echo mi cuerpo hacia delante y empezamos con las compresiones, volcando mi peso entero hundiendo su pecho entre cinco y seis centímetros sobre una superficie dura y plana”.
Y así, hasta que vengan los servicios de emergencia. Y es que saber realizar esta técnica salva vidas, lo que ha animado a muchos, hoy, sobre todo, madres, a asistir al curso. “Me parece un curso superinteresante, todos deberíamos saber qué hacer, tanto los padres como los profesores, los niños, las empresas… Porque estos casos aparecen sin esperarlos y es importante saber reaccionar”, nos comentaban varias madres antes de que empezara el curso.
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