Lamari celebra el décimo aniversario de Chambao con un racimo de canciones que deben mucho al mar, y no solo al que baña la costa de Pedregalejo. Los diez temas que contiene su álbum están empapados de la música que bordea, de una punta a otra, las orillas del Mediterráneo. Canciones “sencillitas”, como ella misma ha comentado, que viajan más allá de las etiquetas que condensaban su estilo.
Desde los albores de ‘Flamenco chill’ hasta ‘Chambao’ (el disco), han trascurrido nueve álbumes, la mitad de ellos con Lamari como único exponente de una marca musical que se ha convertido en mucho más que el mayor referente comercial de la música malagueña de este siglo.
De los cuatro discos grabados anteriormente, tres de ellos los hizo con Bob Benozzo (Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Alejandro Sanz…) y esta vez le apetecía cambiar, así que probó a pasarle unos temas a Eduardo Cristof de Gotan Project, al venezolano Andrés Levin (nueve veces nominado a los premios Grammy) y al guitarrista y productor español Carlos Raya, quien rápidamente hizo suyo el espíritu de Chambao realizando todo lo que Lamari tenía y, un poco más, “en mente y corazón” para este trabajo.
Un álbum en el que intervienen figuras del alcance de Josemi Carmona, Chucho Valdés, Carles Benavent o el mijeño Ismael Tamayo (de Maktub). De la misma forma que cada tema cuenta una historia diferente, se van sucediendo las ambientaciones musicales. Mientras en ‘Al aire’, Chambao nos muestra su alma flamenca, en ‘Lo mejor pa ti’, sus arreglos de cuerda consiguen transportarnos a cualquier lugar del Oriente Próximo. Con ‘La verdad mentira’, ocurre otro tanto, pero aquí es la ‘kora’ la que nos cambia el paisaje. ‘Beliche’ mezcla el flamenco con los sonidos africanos y todavía le queda campo para desde ‘Tierra’, acercar blues y flamenco con la voz de Ismael Tamayo y la ayuda de una guitarra flamenca.
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