Es una paradoja de magnitud, pero cierta como la vida misma. La basura doméstica e industrial, esos “inservibles” restos que tradicionalmente solo han ocasionado un nuevo gasto, sobre todo a los ayuntamientos cuando toca recogerlos, pueden, sus materiales primarios, ser de nuevo fuente de riqueza, si se cumple el ciclo de separación y reciclado que desde la Administración, sin desmayo y cansinamente, se encarga de difundir mediante campañas de concienciación, que poco a poco parece que van calando en la población.
En Mijas, el equipo de Gobierno, ha emprendido una verdadera cruzada con este asunto. Le va en ello algo más que el importante empeño de preservación de la naturaleza, ya suficiente en sí mismo para iniciarlo, pero lo traslada también al terreno económico. De aquellos primeros 52 euros por tonelada que costaba a los mijeños depositar la basura en el vertedero de Entrerríos y, que solo conseguía quitárnosla de nuestra vista, puesto que no se trataba, solo se enterraba, contaminando así el subsuelo; a los 39 euros que actualmente factura el Complejo Ambiental de Casares al Ayuntamiento de Mijas, media el abismo.
Así, en los tres primeros meses de 2012, se ha conseguido un ahorro de 158.834 euros, de los que 20.865 € corresponden al menor volumen de basuras depositadas en los contenedores de orgánica; concretamente son 535 toneladas que perfectamente podemos visualizar como otros tantos 535 contenedores grises menos, gracias a que los ciudadanos mijeños han optado por llevar al contenedor amarillo los envases plásticos y metálicos, al azul el papel y cartón y, sobre todo, al verde, el vidrio materializado en botellas y envases de conservas.
Todo un fruto el que ahora comienza a recoger el Ayuntamiento de Mijas, gracias al cambio en hábitos sencillos que poco a poco está consiguiendo inculcar a sus administrados y, que reinvertirá nada menos que en dar empleo a través de la Renta Básica, aunque aún no se puede decir que esté alcanzado el objetivo de llegar en ahorro a los dos millones de euros, en un solo año.
Viene ahora una fase muy importante, como la campaña de concienciación del reciclaje en bares y negocios hosteleros, donde se puede producir el mayor ahorro por peso no introducido en el contenedor de orgánica, a través de la separación del cristal y el cartón.
Todo un ciclo: separación, reciclado, ahorro, inversión en empleo y beneficio medio ambiental. El Ayuntamiento solo paga por el peso de la basura orgánica, lo demás, va por otros derroteros.
Pero también Mijas cosecha fruta amarga, podrida. Esa que acaba en el suelo y no aporta más que suciedad. Nada menos que treinta contenedores han ardido intencionadamente en lo que llevamos de año. Decir que esto ha sido hecho por desaprensivos es explicar muy poco. Un solo contenedor cuesta 500 euros; ¡hagan la cuenta!, son importes que salen de nuestro bolsillo vía impuestos, del dinero de los mijeños, que podría ser empleado en mejores tareas, como dar empleo.
De aquellos primeros 52 euros por tonelada que costaba a los mijeños depositar la basura en el vertedero de Entrerríos y, que solo conseguía quitárnosla de nuestra vista, puesto que no se trataba, solo se enterraba, contaminando así el subsuelo; a los 39 euros que actualmente factura el Complejo Ambiental de Casares al Ayuntamiento de Mijas, media el abismoHagámonos todo un favor, no solo separar y depositar los restos de nuestra basura cada una en su sitio. Sino que preguntemos a nuestro vecino, a nuestro compañero de trabajo, al conocido… ¿tú separas y depositas la basura en el contenedor correcto?. No hablemos, si topamos con el pirómano, sin duda, los beneficiados de la Renta Básica, sabrán agradecerlo.
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