Jacobo Perea. No solo en España se puede disfrutar de la novelas de Javier Castillo, también en Italia, Portugal, Turquía, Eslovenia, República Checa o hasta en Korea. Este fenómeno literario, rechazado en sus inicios por las editoriales, ha sido capaz de vender más de un millón de ejemplares en todo el mundo desde que publicase su primera obra, El día que se perdió la cordura, en una conocida plataforma digital. Amigo de Joël Dicker, por el que siente gran admiración y al que conoció en un encuentro sobre novela negra, que se extendió más allá de las de las 3 horas, asegura que uno de sus trucos para no quedarse en blanco es describir lo que ve en televisión para desbloquear la mente y empezar a generar palabras. Ahora, nos presenta ‘El juego del alma’, su última entrega, tras el éxito de ‘La chica de nieve’, que también tendrá serie en Netflix.
Mijas Semanal. ¿Cómo ha sido el lanzamiento?
Javier Castillo. Está siendo un lanzamiento súper dulce, muy alucinante, que en dos días la novela se haya colocado como la novela más vendida en España, con tantos lectores y tanto cariño, con reseñas muy positivas… estoy muy agradecido.
M.S. ¿Cómo vive cada lanzamiento?
J.C. Con nervios, siempre tienes la sensación de que estás arriesgando mucho, que estás tirando mucho de la cuerda, que estás jugándotela, pero intento tomarme cada novela como si fuese la última que voy a escribir.
M.S. Tras ‘La chica de nieve’, de nuevo vemos a Miren Triggs protagonizando otra de sus novelas.
J.C. En ‘La chica de nieve’ había planteado a Miren con un pasado tormentoso, pero congelada en lo que le había sucedido, aunque sí veíamos de ella su evolución exterior, que era ese paso de estudiante de Periodismo a periodista de investigación y en ‘El juego del alma’ necesitaba enfrentarla a su evolución interior y vemos su cambio radical a nivel emocional, que era lo importante de ella y creo en esta última obra sorprende mucho porque cambia radicalmente.
M.S. ¿Cómo se perfilan los personajes?
J.C. Hay mucho de analizar cada uno de ellos, sabes qué tipo de personaje te hace falta para cada situación. A Miren la tenía construida en mi cabeza durante muchos años, es verdad que no había encontrado la historia para ella, pero sabía que se iba a enfrentar a una historia de este tipo. Luego los personajes de Jim y Ben surgen un poco por necesidad de la trama. Jim como esa especie de mentor para que ella (Miren) evolucionase y Ben para que empujase la trama hacia delante a través de la investigación, ya que al final son misterios muy dolorosos donde necesitas que haya alguien que siente que se tiene que hacer justicia.
M.S. El periodismo, otra vez, presente en ‘El Juego del alma’, ¿por qué?
J.C. Soy una persona muy crítica y analítica con todo y quería tratar el tema del periodismo porque veía que como lector, como ciudadano, me preocupa mucho cómo se está desmantelando poco a poco, ya que para informarte y saber lo que está pasando necesitas leer cinco periódicos porque sabes que cada uno tiene una ideología concreta. En ‘La chica de nieve se trata el periodismo desde el sensacionalismo puro y duro y en ‘El juego del alma’, desde la pérdida de esos referentes que hace que todos estemos sin saber en realidad qué está sucediendo.
M.S. Contar una historia ¿es tan sencillo como que tenga un inicio, nudo y desenlace?
J.C. Yo soy de jugar con las líneas temporales, las tramas y los puntos de vista, y luego cuando empiezas a incluir distintos narradores y a jugar a intercalar futuro, presente y pasado, todo se empieza a complicar más, con los personajes, las tramas, los culpables, la psicología de cada personaje. Este tipo de cosas necesita mucho trabajo para hacer que las personas sean reales, que la historia sea compleja, que no se adivine desde un inicio… construir un castillo de naipes, donde cada pieza es muy importante y si quitas una no funciona.
M.S. ¿Qué le aporta escribir que no le daba su anterior trabajo?
J.C. La creatividad que te da escribir no te la da nada, es como hacer películas pero sin límite de presupuesto. Si quieres que vuele un edificio por los aires o se estrelle un avión lo puedes hacer, no tienes límites y no hay nada como eso.
M.S. En breve, veremos la serie basada en su primera novela. ¿Cómo ha afrontado este reto?
J.C. Es un proceso muy bonito porque necesitas enfrentarte a tus libros con otra mirada, analizando cada frase para buscar escenas, nuevos personajes, darle una imagen distinta a lo que yo tenía en mente, pero a la vez que se parezca porque es un lenguaje distinto y necesitas que la trama sea fidedigna, pero a la vez, que sea visualmente adaptable y eso requiere muchísimo desapego de lo que tú has hecho. Estoy muy ilusionado.
M.S. ¿Tiene miedo a encasillarse y a perder lectores?
J.C. Intento que cada novela sorprenda, que sea una trama única, con mi sello de identidad, creo que también es muy bueno sentir que lo que tú haces tiene una idea clara y que lo haces con un motivo, y dentro de todo ese sentido que intento darle a todo lo que escribo también busco sorprender y jugar a que nadie espere que en mi siguiente trama nadie sepa por dónde puede ir.

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