La segunda planta de la Casa Museo cuenta con un nuevo reclamo. Una joya de la relojería tradicional que ha sido puesto a punto para su exposición al público. Se trata del reloj que estaba en la fachada de la ermita San Sebastián y que data de 1902. Una obra de arte de la artesanía relojera que ya no se fabrica. “Es una máquina que funciona con horas y repetición de horas y que en sus orígenes tenía una autonomía de unas 24 horas”, explicó el relojero Emilio Aracil, que se ha encargado de su mantenimiento.
En los años ochenta, prosigue Aracil, se automatizó para no tener que darle cuerda y en 2011 se puso electrónicamente respetando el bisel y las agujas, que son las originales. Hecho en cobre y acero en los Talleres Cronos, en Tarragona, llegó a Mijas en 1902 gracias al entonces alcalde, Pedro Gutiérrez. “Quiero dar las gracias a este fantástico relojero, que ha estado cuidando de esta pieza que en su tiempo costó 2.350 pesetas y que el Ayuntamiento pagó en tres vencimientos”, precisó la concejala de Cultura, Fuensanta Lima (PSOE), quien animó a turistas y vecinos a visitar este rincón, bautizado como el del reloj de la plaza, que traerá “recuerdos de nuestra infantil y juventud”.
Según Aracil, “ojalá todos los ayuntamiento hicieran esto, porque son verdaderas joyas que hay en muchas torres e iglesias y algunas se pierden con el tiempo”.
Ahora, que ha sido restaurado y reconstruido, comparte espacio con fotografías y pinturas en los que aparece y que pertenecen al Archivo del Museo Etnográfico, del Maratón Fotográfico o de Arte Mijas. Una pieza anclada a nuestra memoria que a partir de ahora se verá preservada.
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