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Sábado 23/11/2024

Actualidad

Yo y mis circunstancias

Me he encontrado personas que para hacer su vida mas llevadera tratan de no darle importancia a lo que les pasa, ni a sus experiencias, ni a sus sentimientos, ni a las casualidades, ni a lo que se les repite en su historia.

Me he encontrado personas que para hacer su vida mas llevadera tratan de no darle importancia a lo que les pasa, ni a sus experiencias, ni a sus sentimientos, ni a las casualidades, ni a lo que se les repite en su historia. Tratan de relativizar el malestar que les produce su vida cotidiana comparándolo con desgracias mayores. No le dan un lugar a sus vivencias alegando que hay cosas muy malas como para sufrir por tonterías. ¡Cómo voy a llorar por lo mala que es mi suegra cuando hay gente que se muere de cáncer! ¡Como me voy a preocupar de lo mal a gusto que estoy en mi trabajo si hay tanta gente sin trabajo! ¡Cómo voy a sufrir por mi matrimonio si hay niños que pasan hambre!

No ocuparse de lo que ocurre en nuestra vida, -por qué nos pasa lo que nos pasa y por qué no nos pasan otras cosas, y por qué reaccionamos de un modo y no de otro-, es un mal invento porque lo que nos configura a cada uno de nosotros son nuestras circunstancias. Si hace varios meses que me quejo de que me duele una rodilla, ¡voy al médico!, y no le resto importancia diciendo que más les dolerá los pies a los indígenas que van descalzos por la selva. Entonces cuando nos duele algo de la mente, el corazón, del psiquismo, hay que tratarlo adecuadamente.

¿Por qué buscar refugio en lo externo y lejano? Lo cercano tiene más peso que lo lejano porque requiere de nuestra implicación, y eso es preguntarnos qué queremos, quiénes somos, de qué estamos hechos; es comprometerse con nuestra nobleza, con nuestra sinceridad, con nuestro brío vital; es sostener el amor y no la destrucción.

La vida cotidiana, -pagar facturas, familia de sangre y familia política, trabajo, amigos-, es fuente de malestar (que no de trastornos). Sabiendo qué nos irrita y por qué, podemos desarrollar habilidades para manejarnos de otra forma y así el día a día no resultará pesado. Eso nos hace más libres. Pero hay gente que prefiere no saber nada y esconderlo todo rápidamente debajo de la alfombra. O tomar alguna píldora, que tal vez tenga algún efecto pero que no inventa soluciones a medida. Imaginemos, Sara toma una píldora porque está muy afectada por la muerte de su madre, y Carmina toma la misma píldora porque se está separando.

Es cierto, a nuestro alrededor hay cosas horripilantes y devoradoras, pero no hay que adoptar los problemas de nadie y banalizar los nuestros. Primero interésate de lo que te pasa a ti y luego ya veremos. Estando más contento, ya habrás arreglado la parte del mundo que está más a tu alcance.

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