El cuidado de una persona con demencia es con frecuencia difícil para los cuidadores y las familias. Los problemas aumentan cuando el comportamiento se vuelve raro y puede causar vergüenza y frustración. Toda la ayuda posible es necesaria.
¿Qué puede hacer?
Cuando está desorientado, anda de acá para allá, no para quieto o se escapa:
Puede que le pase algo, que tenga hambre, sed, miedo, dolor, etc. Trate de averiguarlo e intente solucionarlo.
Si está nervioso, háblele con suavidad. No le dé tranquilizantes sin indicación del médico.
Prevenga pérdidas y fugas.
Oriéntelo con calendarios, relojes grandes, letreros en las puertas y repítale con frecuencia dónde está y qué día y hora es.
Prepare su hogar para evitar accidentes.
Vigílelo de forma estrecha. No lo deje solo con desconocidos.
Vaya a pasear con él diariamente. Evite que salga solo. En las puertas use cerrojos difíciles de abrir.
Póngale una pulsera o un medallón con su nombre, dirección y teléfono y que informe de que está enfermo.
Informe a los vecinos de su enfermedad. Tenga una foto reciente para usar si se pierde.
Mantenga las rutinas en casa y en los desplazamientos. Guarde sus cosas en sitios fijos.
Le cuesta comunicarse:
Háblele de frente, a su mismo nivel y mirándole a los ojos, con gestos, frases breves y sencillas y sin ruidos de fondo como la televisión o la radio.
No discuta ni dé órdenes. Sugiera con amabilidad. Si se niega a algo necesario, como comer, aproveche su falta de memoria y repítaselo un poco más tarde.
Evite hablar de cosas que no recuerda.
Tiene problemas para dormir:
Haga que siga una rutina, con un horario fijo para acostarse y levantarse.
Procure que no duerma de día.
La habitación ha de ser silenciosa y cómoda.
Antes de ir a cama: Hagan actividades relajantes: paseo, música, etc. Déle una cena ligera y sin excitantes o alimentos azucarados.
Repite palabras y actos. Pierde cosas:
No se irrite. Nunca intente razonar con él. Procure distraerlo. Cambie de actividad.
No lo culpe. Guarde bajo llave las cosas de valor.
Tiene reacciones agresivas y violentas:
La causa es la enfermedad. No va contra usted.
No pierda la calma. Nunca le grite ni se enfrente a él.
Sujételo de forma suave si es necesario.
Trate de averiguar qué pudo desatar su reacción.
Parece triste y se muestra inactivo:
Déle responsabilidades con actividades agradables.
Reconozca sus esfuerzos.
Alucinaciones y delirios:
No razone, ni discuta con él. No se sienta ofendido si le acusa de algo.
Háblele en tono suave y use las caricias y el abrazo para darle seguridad y tranquilidad.
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