Tú, yo, todos los humanos tenemos una pasión ciega por la ignorancia. Hay cosas de las que preferimos no saber. Saber algo de eso a lo que nos negamos, nos deja en la tesitura de hacernos cargo de nuestros deseos y nuestros actos. Sería como rendirnos cuentas a nosotros mismos sin echar la culpa a la sociedad injusta, a un padre permisivo, a una madre posesiva, a un marido celoso, o a una amiga impresentable. Y aquí es dónde tiene cabida este precioso proverbio árabe: La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía. Cuando alguien ha decidido saber, la primera vez que le engañan le coge desprevenido, pero es difícil que haya segunda o tercera vez, porque uno ya conoce cuales son sus propias tendencias y debilidades y asume la responsabilidad de cómo y con quién se relaciona.
¿Qué es eso que tengo que saber y que me va a servir como brújula para orientarme por la vida? Digamos es como el manual de instrucciones con el que cada uno de nosotros se maneja, pero que no se ha leído nunca. Es muy recomendable saber si haces las cosas libremente o las haces porque sientes ciertas imposiciones. Estaría también saber si tu tendencia cuando se presentan situaciones comprometidas es aliarte del lado de la destrucción y tirarlo todo por la borda, o si tu tendencia es aliarte del lado del amor y tomar las dificultades como punto a mejorar para poder seguir el camino emprendido. Saber discernir cuando estás viviendo entre tus suposiciones, tus fantasías, y tus ideales, y cuándo estás viviendo de verdad la vida.
Saber un poco más acerca de nosotros mismos es empezar a recorrer un camino en el que nos vamos a encontrar con cosas que sabíamos pero que nunca nos habíamos contado a nosotros mismos. Un acto de valentía y determinación para vivir la vida. Para muchos es más fácil buscar explicaciones donde se puedan quedar libres de responsabilidad, o lo que es lo mismo buscar culpables. Aunque fácil no es sinónimo de bienestar es una opción vital muy popular.
Mejor no ser ferviente de la pasión por la ignorancia ni la culpa. Feliz semana santa.
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