Nació en el 45, un 14 de agosto. Antonio Ruiz se crió en Málaga, en el barrio del Tiro Pichón y con apenas 14 años se colocó como mecánico de coche en un taller de la casa Renault y en 1976 entró a trabajar en la fábrica de componentes de Siemens, donde se jubiló a los 50 años por enfermedad. Su dedicación fue poco después para los mayores de La Cala, impulsando una asociación que ha presidido durante ocho años, un cargo del que ha dimitido por motivos de salud.

"Queremos que entre en la asociación gente con nuevas ideas”

Mijas Semanal. ¿Qué le llevo a presentarse como presidente?
Antonio Ruiz. Aquí no existía ninguna asociación de mayores. Unos amigos decidimos que por qué no hacíamos una. Se hicieron las votaciones y salí yo como presidente. 
M.S. ¿Qué ha hecho por los mayores de La Cala? Uno de los grandes cambios fue la sede.
A.R. La verdad es que le doy las gracias a todas las personas que han colaborado para que esto sea una realidad. Aquella sede que teníamos parecía más bien una tabernilla y, afortunadamente, se solicitó una y aquí la tenemos. Quedan todavía algunas cosillas, pero esperamos que en un futuro nos sintamos orgullosos de tener una sede como la que tenemos y donde la tenemos.
M.S. ¿Qué más cambios percibe desde que comenzó la presidencia?
A.R. Allí no teníamos espacio para nada. Una de las principales cosas es que empezamos con 46 socios y ahora son unos 330. No habrá ido muy mal cuando ha aumentado.
M.S. Además no solo son de La Cala, también de urbanizaciones.
A.R. Aquí lo único que exigimos es que sean pensionistas y, si tienen una edad avanzada y no han llegado a ser pensionistas pero están muy comprometidos, los hacemos socios porque queremos que la asociación se vaya refrescando y entre gente con nuevas ideas.
M.S. ¿De qué se siente más orgulloso de todo lo que ha hecho?
A.R. Todos nos tenemos que sentir orgullosos de lo que hacemos. Me siento orgulloso de haber podido ayudar un poquito a los mayores.
M.S. ¿Algo que le hubiera gustado hacer y que no ha podido?
A.R. Quedan algunas cosillas por hacer y ya en su día se lo comenté al señor alcalde. Por ejemplo, poner una peluquería, para que les salga más barato a los mayores, un podólogo, más actividades...
M.S. ¿Cómo es el día a día de un presidente de esta asociación?
A.R. Hoy es algo más sosegado, pero al principio y cuando nos dieron esta sede hubo mucho trabajo.
M.S. También hay talleres...
A.R. Procuramos que todos los mayores lo pasen lo mejor posible. Hacemos talleres de alfabetización, de costura, de memoria... Hay baile, dominó, parchís y hemos incorporado un billar.
M.S. Dos consejos para el nuevo presidente.
A.R. Al presidente lo conozco algo y creo que es una bellísima y estupenda persona y espero mucho de él. Qué consejo le voy a dar yo a una persona que está más preparada... Este señor me pidió que tanto yo como el tesorero colaboráramos hasta que él cogiera las riendas, así que seguiremos.

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