Los asesinos yihadistas no conocen fronteras, y, su maldad, como vemos, es infinita. Doce personas, entre ellas el director de la publicación, sus dibujantes más afamados, dos policías, un invitado y un oficial de mantenimiento, han perdido la vida a manos de dos fanáticos. La revista satírica recibía continuas amenazas desde que en 2006 reprodujo las polémicas caricaturas de Mahoma que publicó la prensa danesa. Este emblemático símbolo de la libertad de prensa, que critica a todos los poderes y ha sido irreverente con todos los partidos y religiones, nunca ha dado su brazo a torcer y los tiros a quemarropa son el precio que han pagado sus profesionales.
Al grito de “vamos a vengar al profeta” entraron en la redacción para cercenar la libertad de expresión y tumbar lo que no pueden enmudecer con palabras y argumentos. El islam es una religión que profesan en el mundo más de mil millones de personas y, aunque la mayoría son gente de paz, una minoría radical pretende poner de rodillas los valores de las democracias occidentales y acabar con el pensamiento libre. Trasladarnos a la Edad Media e imponer el imperio del terror son los objetivos de estos criminales, que en la organización Estado Islámico encuentran su fiel reflejo.
Desde Mijas Comunicación, al igual que han hecho en todo el mundo miles de periodistas y medios, levantamos la voz para defender los principios de la democracia
Hoy, desde Mijas Comunicación, al igual que han hecho en todo el mundo miles de periodistas y medios, levantamos la voz para defender los principios de la democracia y de la libertad de expresión, alzamos la voz porque creemos en nuestro sistema de valores y en el trabajo de tantos informadores que viven perseguidos y amenazados, gritamos en voz alta que vamos a seguir informando pase lo que pase.
Los gobiernos, por su parte, deben actuar coordinada y contundentemente para acabar con los asesinos y calmar los ánimos para no engordar los movimientos xenófobos, que tanto bien hacen al terrorismo. Las comunidades musulmanas han de esforzarse por hacer visible su más enérgica repulsa ante la barbarie terrorista y los ciudadanos, en su conjunto, tienen que mantener la confianza en nuestro sistema de libertades y no dejarse seducir por planteamientos radicales de lucha contra el terrorismo contrarios al espíritu de nuestras democracias. En las pancartas de protesta ha triunfado el 'Je suis Charlie' ('Yo soy Charlie'), por algo será... y es que, juntos, venceremos.
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