Desde que se obtienen datos en nuestra localidad, el último año meteorológico será recordado como el segundo más seco de toda la historia desde 1950 con 346,6 litros por metro cuadrado caídos desde el 1 de septiembre de 2013 al 31 de agosto de 2014.
En la última década, en solo dos ocasiones se registraron más de 1.000 litros por metro cuadrado. Fueron los años 2010 y 2011, con 1.375,2 y 1.170, respectivamente.
Estos datos son recopilados por la estación meteorológica que se encuentra en Mijas Pueblo. Su propietario es Cristóbal Gambero, vecino, jardinero de profesión y aficionado a la meteorología. En su web (meteo-mijaspueblo.jimdo.com) se pueden consultar todos los datos a tiempo real, además de acceder a datos históricos, reportajes, galería de imágenes, noticias de actualidad e, incluso, a un refranero meteorológico.

Resumen del año
Cabe destacar un otoño rácano en cuanto a lluvias. Pocas precipitaciones durante esta estación. Sirva de ejemplo los 2,6 litros por metro cuadrado que dejó el mes de noviembre. El invierno tampoco vino a mejorar la situación, con precipitaciones por debajo de la media. Según Gambero, “el mes de diciembre, que es normalmente bueno en nuestra zona, solo dejó 58,8 litros, seguidos de los 64,8 de enero y los 47,2 de febrero”. Durante este periodo, el gran protagonista fue el viento de terral, con rachas máximas de 81 km/h (20 de diciembre y 25 de enero). Aunque las temperaturas no fueron especialmente bajas, debido al factor viento, la sensación térmica de frío aumentaba.
Con todos estos datos arrojados por la estación meteorológica, quedaba patente que 2014 sería un año seco. Todo quedaba a expensas de una primavera lluviosa, que nunca llegó. Durante los tres meses de duración, solo se registraron 76 litros por metro cuadrado.
Con el verano aún por delante, junio se salió de los estándares habituales de anteriores años. Los cuatro días de precipitaciones caídas durante este mes se saldaron con 21 litros por metro cuadrado, por encima de la media. “El resto del verano se ha caracterizado por la afluencia constante de vientos de poniente sobre la península, que aquí ya sabemos que se canalizan de terral”, apunta Gambero.
Aun así, y aunque pueda parecer lo contrario, no ha sido un verano especialmente caluroso. La temperatura media en julio fue de 24,6 grados, por debajo de la media durante este mes, mientras que en agosto la temperatura media fue de 26,1 grados, dentro de los parámetros del último lustro. “En resumen, un verano normalito y aburrido en lo meteorológico”, concluye este aficionado.
Estos datos recopilados en nuestro pueblo “contrastan con lo sucedido en la mitad norte y oeste de la península, donde fue un invierno lluvioso y duro debido a temporales continuos, con varias ciclogénesis en las regiones cantábricas”, señaló Gambero.  

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