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Sábado 18/05/2024

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La familia, tú y yo, y yo

En el caso de una familia con hijos, la familia, además de ser un grupo de ascendientes y descendientes, está compuesta por otras entidades.

En el caso de una familia con hijos, la familia, además de ser un grupo de ascendientes y descendientes, está compuesta por otras entidades, las cuales se confunden, se ignoran, o se olvidan.

Estaría la familia en su conjunto, la pareja, y cada uno de los individuos. Cada una requiere sus propios cuidados y sus propias actividades.

De esta manera, si la familia quiere lograr un acercamiento, unión y comunicación entre sus miembros, tendrá que pasar algún tiempo juntos. Pueden surgir muchas excusas como la falta de tiempo, el trabajo, el dinero, pero cuando uno tiene interés se encuentra la forma de lograrlo. Un tiempo donde la prioridad es el grupo y no los gustos individuales.

Dentro de esa familia, está la pareja, que necesita sus atenciones particulares. La relación de pareja es distinta cuando se tienen hijos, pero si se quiere mantener requiere de su propio espacio.

Un espacio en el que se puedan hablar cosas íntimas o de actualidad, en definitiva conversar para que el otro no se convierta en un extraño; un espacio en el que poner en práctica el afecto. Además, esta unión facilita el afrontamiento de la crianza de los hijos.

Nos queda hablar de los individuos, quizá la parte más importante del conjunto. Tenemos que ocuparnos de nosotros mismos en otras facetas distintas a las de padres o parejas. Cuanto más satisfecho y sano esté uno individualmente, será más fácil y agradable la vida en pareja.

La mayoría de las veces los problemas de pareja son la suma de las complejidades de cada uno. De esta misma forma, cuanto más sana esté la pareja, más probabilidades de que en familia se esté a gusto y con armonía. Por esta razón no siempre es aconsejable una terapia de familia o de pareja, sino individual.

A veces, un gesto pequeño puede mejorar sustancialmente nuestras relaciones. Gestos que por tan obvios pasan desapercibidos y dejan de hacerse. Por ejemplo, si usted no tiene tendencias sufridoras, y se le había olvidado pasarlo bien con su pareja, nada le impedirá tomar un café o dar un paseo con él o ella esta semana. 

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