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Sábado 18/05/2024

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Degeneración macular asociada a la edad

La degeneración macular es una enfermedad que afecta al ojo humano, en la que se daña la mácula lútea. La mácula es el punto de mayor agudeza visual.

La degeneración macular es una enfermedad que afecta al ojo humano, en la que se daña la mácula lútea. La mácula es el punto de mayor agudeza visual . Entre los trastornos que causa se encuentra la pérdida de la agudeza visual, la modificación de la sensibilidad al contraste y de la visión del color, así como el aumento de la sensibilidad al deslumbramiento.

La mácula es el punto central de la retina y se encuentra en la cara interna de la parte posterior del globo ocular. En este punto de tan solo dos milímetros de tamaño, se encuentran millones de células sensoriales responsables de la agudeza visual y de la visión del color: los conos. La mácula por lo tanto es el punto de mayor visión, lo que la convierte en la zona más importante del ojo.

La mácula entra en acción siempre que se observa directamente un objeto; por ejemplo, al leer, ver la televisión o realizar trabajos manuales, trabajar con el ordenador, etc. En la zona inmediatamente alrededor de la mácula, la agudeza visual tan solo es del 30 por ciento. Por esta razón, dicha zona restante situada alrededor de la retina resulta tan importante para detectar movimientos y poder orientarse de una manera segura .

Se distinguen dos tipos de degeneración macular. La degeneración macular asociada a la edad comienza, por lo general alrededor de los 50 años. La forma juvenil, menos común se inicia alrededor de los 20 años.

La degeneración macular asociada a la edad es el tipo más frecuente de esta enfermedad. Existe una forma húmeda y otra seca, siendo esta última la más frecuente con un 85 por ciento de prevalencia. La acumulación en el tejido situado bajo la retina aumenta con la edad y provoca la destrucción de las células sensoriales. La agudeza visual disminuye de forma lenta y progresiva.

En la degeneración macular húmeda se acumula líquido bajo la mácula, que daña las células sensoriales con una relativa rapidez. Si no se trata, el empeoramiento de la calidad de la visión se precipitará.

¿Cuáles son los primeros síntomas de esta enfermedad?

Es frecuente que el paciente no advierta nada del grave daño que sufren sus ojos en los primeros estadios de la enfermedad. Posiblemente acuda al oftalmólogo para que le prescriba unas gafas de mayor graduación o por el miedo a padecer cataratas. Los siguientes síntomas, sin embargo, indican una manifestación precoz de la degeneración macular:

- Mayor necesidad de luz durante el día, por ejemplo, al leer.
- Mayor sensibilidad a la luz, por ejemplo, al conducir en la oscuridad.
- Los colores se observan de una manera más pálida y borrosa.
- Las líneas rectas, como las juntas del cuarto de baño, se perciben como curvas.
- Irregularidades en el centro del campo visual normal.

Se puede realizar fácilmente una prueba de visión utilizando la "cuadrícula de Amsler". Se trata de una hoja de papel cuadriculada con un punto de fijación en el centro. Se tapa un ojo con la mano y, con el otro ojo, se mantiene fija la visión sobre el punto oscuro situado en centro del papel. Si las líneas que rodean el círculo se muestran onduladas, borrosas o desdibujadas podría indicar el primer síntoma de degeneración macular. Se recomienda acudir de inmediato al oftalmólogo, si descubre los primeros síntomas de una degeneración macular. Aplicando un tratamiento se podrá detener o retrasar el avance de la enfermedad. Existen diferentes terapias. Además de los medicamentos pertinentes, puede ser necesario un tratamiento con láser o, incluso, recurrir a la cirugía.
Es posible actuar en mayor o menor medida para proteger nuestros ojos, por ejemplo, podemos resguardarlos de una radiación solar fuerte o dejar de fumar.

La degeneración macular avanza lentamente en la mayoría de los casos. Los objetos a los que se mira fijamente se perciben cada vez peor y con menor nitidez. En el campo de visión central aparecen manchas oscuras que, por ejemplo, dificultan el reconocimiento de las personas. En el borde de la retina generalmente la capacidad visual se mantiene parcial, por lo que en la mayoría de los casos, incluso en los estadios más avanzados, la persona afectada es capaz de seguir orientándose. La ceguera total es muy infrecuente.

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