La inscripción, en la que se comprobaba la documentación necesaria para participar daba paso al encuentro entre aficionados.  Una de las motos nos recordaba a España, a la que le hace falta una marcha más para seguir en el mundial.  Paralelamente las pruebas de habilidad de cintas y lento de las Vespas y entre los pilotos, un pastelero de Inglaterra, que baja cada año con su Bultaco para estar en Mijas. Dulce pasión. Para disfrutar.  Otro de los puntos de interés fue el tradicional mercadillo de piezas, una gran tienda de juguetes para los amantes de la restauración. Un arte.

Y a las 12.00, comenzó el recorrido previsto, en primer lugar hasta Valtocado, en cuyo recinto se llevó a cabo la primera parada de las dos previstas. La segunda de ellas se llevaría a cabo en el Campo de Fútbol Antonio Márquez, en Osunillas, para volver a la plaza y completar la tarde con un almuerzo y la entrega de premios.

Las Vespas, y el moto club Vespa de Fuengirola son parte de la familia de la Concentración de Motos Clásicas Villa de Mijas,  ayer se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Gerardo Gómez, fallecido la pasada semana en un accidente de tráfico en Alemania, y miembro muy querido de este colectivo que pegó una pegatina con su nombre en cada moto.

Tras el aplauso, tiempo para disfrutar de las Montesa, Bultacos, Derbis, Ossa, Vespas y ciclomotores, este universo de colores, modelos, aromas a carburante, una forma de entender la vida.

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