El servicio de vigilancia de Medio Ambiente de Mijas detecta a diario vertidos de escombros. Se han levantado 11 expedientes sancionadores en lo que va de año. Se recogen unas 60 cubas de restos a la semana. Este problema “se va a acabar”
Lamentablemente el día a día del área de Inspección de Medio Ambiente de Mijas se repite. “Detectamos dos o tres vertidos cada día”, asegura Gabriel Román, responsable del departamento. Mijas Semanal conoce de cerca el quehacer de este vigilante de la naturaleza, dedicado a ello desde hace unos 17 años y gran conocedor de los 149 kilómetros cuadrados del término municipal. Hoy tampoco es una excepción. Como en cada jornada, Gabriel ha detectado un vertido de escombros en el diseminado El Hornillo, en el camino Las Coscas. “Una zona de paso, muy escondida y de poco tránsito”, apunta Román. “Algún desaprensivo ha tirado un montón de escombros en plena naturaleza”, explica Daniel Teruel, cargo eventual de Servicios Operativos, que también nos acompaña. Inmediatamente se acerca hasta el lugar un camión-cuba y una excavadora para retirar los escombros. Esto, explica Teruel, “le ha costado a todos los mijeños más de 100 euros. Parece que todavía hay gente que no sabe que el Ayuntamiento no es gratis y que estas actuaciones las pagamos los vecinos”.
“Todos los días encontramos vertidos, pero cada vez menos y más pequeños”, asegura el edil de Servicios Operativos, José Manuel Muñoz, también testigo del hallazgo. Pero lo cierto es que los “grandes vertidos ya casi han desaparecido en Mijas”. “Hoy son particulares, que realizan pequeñas chapuzas, los que protagonizan estas actuaciones incívicas”. “Estamos luchando para acabar con este problema y es una batalla que vamos a ganar”, asegura Muñoz. “Comparado con otras localidades, aquí no nos podemos quejar”, dice Román. Está prohibido por ley, y así lo recogen las ordenanzas municipales, arrojar cualquier basura al campo y a la vía pública: bajo sanción económica. Además, “es obligatorio depositar los residuos voluminosos en el Punto Limpio de La Cala. Y es un servicio gratuito. ¿Por qué la gente no va allí entonces?”, se cuestiona Román.
Gabriel Román, inspector medioambiental: “Los que tiran los escombros no se imaginan el daño que hacen al campo y a la imagen de Mijas”
Dada su experiencia, Gabriel Román conoce perfectamente lo que denomina los “puntos calientes”. Aquellas zonas donde frecuentemente se hallan los vertidos. Además del Hornillo, “Torreblanca, la parte alta de Jardín Botánico en La Cala, la calle Tarifa en Torrenueva o la zona del Hipódromo en El Chaparral”, son otros puntos. Lugares escondidos y de poco tránsito, “donde fundamentalmente de noche se hacen estos actos tan desafortunados”.
“Y no se imagina la gente que tira las cosas al campo el daño tan grande que hacen, no solo al medio ambiente y por el impacto visual, sino también económico”, apunta Román. “Cada vez que tenemos que realizar una retirada nos descuadra totalmente la planificación del trabajo”, explica el edil de Servicios Operativos. Y si encima el vertido es de productos altamente contaminantes, “incluso tenemos que estar pidiendo favores a otras empresas para que hagan las retiradas y el tratamiento de los residuos, por ejemplo, cuando se tiran neumáticos”, añade Teruel. “En ocasiones la retirada también se hace manual, por la complejidad del terreno”. “Para que la naturaleza pueda destruir por sí misma un neumático, deben pasar 400 años”, detalla Román. Igual de graves son, por ejemplo, los vertidos de aceite usado, de cristales o de uralita... Estos vertidos, según la ley, son ‘muy graves’. Servicios Operativos retira unas 60 cubas de escombros semanales y en lo que va de año, Inspección de Medio Ambiente ha levantado 11 expedientes (68 en 2013). La mayoría acaba en sanción. Arrojar cualquier residuo “en la vía pública, en solares y terrenos sean públicos o privados” está “totalmente prohibido”, según la Ordenanza de Seguridad y Convivencia, bajo multa de entre 750 y 1.500 euros, si la infracción es leve o grave. Si es ‘muy grave’ (en este caso lo regula la administración autonómica), la sanción puede llegar a los 3.000 euros. Es cuando el vertido se produce en zonas de dominio público hidráulico (ríos o arroyos). Por cierto, que además de los escombros, en El Hornillo también nos encontramos con una cisterna de un váter. Alguien lo dejó tirado al lado de unas preciosas flores.
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