Volver de las vacaciones, no para todos supone lo mismo. Quizá sentimientos y emociones parecidas nos lleven a engaño.
Hay que estar muy atentos porque cada uno tiene su historia, sus deseos, sus gustos, y para todos no es igual. Así que no es posible homogeneizar los casos y colocarlos a todos bajo el espectro de ningún síndrome.
Traigo el testimonio de varios empleados de una misma empresa de veinticinco trabajadores, donde todos desempeñan el mismo trabajo.
Mario: Se incorpora a trabajar con cierta pereza porque estar de vacaciones es un gusto, pero lo acepta. Le gusta lo que hace, y le supone cierta alegría el reencuentro con sus compañeros. Además tiene muy claro que sin hacer nada no se puede estar.
Desiré: Sólo de pensar que tiene que trabaja le dan ataques de ansiedad. No soporta los acontecimientos que entraña persé un grupo. Lleva mal los cotilleos, los rumores, las alianza entre compañeros, y de algunos compañeros con el jefe. Sólo trabaja por dinero.
Adrián: Este año se incorpora con tranquilidad. Tiene un plan trazado que a medio o largo plazo le va a permitir cambiar de profesión. No es que esté a disgusto con su trabajo actual, pero considera que hay otras cosas que le apetece hacer y para las cuales considera que está preparado.
Luis: Está muy contento porque este año le han ascendido. Eso le ha supuesto un cambio de horario, un reconocimiento a su trabajo y además tiene muy claro que le encanta trabajar para esa empresa.
Paula: Se incorpora a trabajar desanimada, saturada de hacer tantos años lo mismo, se siente vieja porque tiene un jefe que no acepta ninguna propuesta, y que se dedica más a difamar que a supervisar el trabajo.
Además Paula tampoco tiene ningún proyecto porque supone que no va a encontrar ningún trabajo mejor. Considera que teniendo una familia y con los tiempos que corren, lo único que puede hacer es aguantarse. Su única esperanza se limita a que casi milagrosamente cambien los planes de empresa.
Siendo el mismo trabajo, para unos supone satisfacción, otros consideran que tienen un chollo de trabajo y que es una suerte, para otros supone un disgusto, otros sienten que es el fin de una etapa, y para otros supone una condena y una gran resignación.
Si usted es de los que se incorpora al trabajo contento, aunque con cierta pereza después de este estupendo verano, ¡enhorabuena, eso es fantástico! Si usted es de los que se incorpora con la cabeza gacha, ¿a qué espera? ¿qué esta haciendo con su vida?
Si está dispuesto a que algo cambie en su vida, el psicoanálisis le puede ayudar. Si sólo quiere quejarse siga como está.
Comparte esta noticia desde el siguiente enlace: https://mijascom.com/?a=5445