Al igual que los roscos de Loja, la tarta de Santiago o la ensaimada de Mallorca, los ‘mijeñitos’ aspiran a convertirse en un reclamo turístico más de nuestra localidad. Un grupo de soñadores mijeños se ha propuesto lograr este ambicioso objetivo.
Y lo hacen elaborando un verdadero producto natural, sin conservantes ni colorantes, realizado con materias primas que compran a artesanos de la zona. “Nuestro principal reclamo son los ‘mijeños’ o ‘mijeñitos’, que son unas galletas de almendra, coco y piñones que vendemos en cajas, especialmente diseñadas para regalar, o en bolsitas de seis unidades, pensadas, sobre todo, como snack para tomar mientras se pasea por el pueblo”, asegura Juan Carrasco, uno de los socios de la empresa Productos Mijeños.
Este veterano y reconocido maestro pastelero, que ha sido profesor en la Escuela de Pastelería de Barcelona y ahora lo es en la de Málaga, es un perfeccionista que ha dedicado más de un año a conseguir la receta perfecta para brindar productos de alta calidad.
Otra delicia son las ‘Locuras de Mijas’, inspiradas en la ‘Loca Malagueña’, aunque imprimiéndole un sello gastronómico diferente a base de una masa de hojaldre rellena de crema pastelera recubierta de yema de huevo y azúcar.
“Hemos empezado nuestra andadura a principios del mes de junio y ofrecemos demostraciones en el local de cómo producimos los dulces, para que la gente vea que son totalmente naturales y artesanales”, aclara Ángel Herrera, el otro rostro de este comercio familiar.
Si Juan es el alma culinaria del proyecto, Ángel es un avezado empresario empeñado en que las pequeñas y medianas empresas triunfen en el municipio. “No es mi primer negocio y soy de la opinión de que hay que ser emprendedor para potenciar el lugar en que vivimos”, afirma Ángel, quien recuerda que han obtenido apoyo y asesoramiento del CADE de Mijas y del Ayuntamiento para impulsar el proyecto.
“La caja de ‘mijeñitos’ lleva una reseña histórica de Mijas, facilitada por Patrimonio Histórico, y fotos procedentes de la Oficina de Turismo”, continúa. “Tenemos muchas ideas en mente, como agasajar a los turistas en la plaza Virgen de la Peña, nada más bajarse del autobús, o que los hoteles tengan un paquete de degustación e incluso estamos sopesando la posibilidad de la venta ambulante con una persona que lleve un puestecillo por la calle”.
Aparte de la oferta pastelera, Productos Mijeños comercializa aceite y miel de la localidad, así como vino dulce de Málaga.
Comprometidos con los artesanos
“El objetivo es que todo el proyecto lleve la marca Mijas implícita”, reconoce Ángel Herrera. Productos Mijeños compra la miel a recolectores de la Sierra de Mijas y el aceite a la familia Ayala, propietaria de la última almazara de la Costa del Sol, que está en un cortijo de 1875 en Camino de Coín.
“Llevamos solo una campaña y hemos molido unos 100.000 kilos de aceitunas”, explican los hermanos José y Modesto Ayala. “Los vecinos que tienen una parcelita con olivos vienen con sus canastas a que les hagamos el aceite”, indica José, quien destaca que este proyecto es más un “sueño personal” de ambos que un negocio: “el beneficio no es grande y nos ha costado más restaurar la fábrica de este cortijo familiar que construir una nueva”.
En cuanto al vino, “vendemos uno dulce de la Bodega Quitapenas pero estamos pendientes de obtener la denominación de origen para ponerle Lagar Mijeño o Villa Tamixa y además estamos en negociaciones con una bodega local para ofrecer vino de mesa con uva de aquí”, matiza Ángel.
Aparte, están a la espera del permiso de la Junta para instalar un obrador en Mijas donde producir la masa de sus dulces, que se realiza ahora en Alhaurín.
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