Pepe viene a consulta desde hace dos meses. Refiere que tiene problemas con su mujer, y en general un poco de insatisfacción vital. En varias ocasiones comenta como de pasada el tema de la jubilación, pero esquiva profundizar en eso. Le preocupa bastante, pero aún lo mira de lejos. Todavía no puede hablar de ello, aunque ya algo se va atreviendo a pensar.
A Pepe y a cualquiera, poder tener una idea sobre la tercera edad antes de que acontezca, les permitirá vivir de otra manera, de forma más saludable y chisposa.
A muchos, al pensar en personas mayores, lo primero que se les viene a la cabeza es “pena”: qué pena llegar a esa edad, qué pena estar solo, qué pena estar enfermo. Hay que tener mucho cuidado con el destructivo sentimiento de pena porque es mal consejero, y en ocasiones en lugar de hacer lo que corresponde, se hace lo que la pena implora, y así queda mitigada.
Podría pensarse en mayores de otra manera, por ejemplo: qué suerte que ya ha conquistado esa edad, yo aún no lo he logrado; qué fortaleza para seguir siendo coqueta y querer viajar; ¡está yendo a la universidad! A mí me gustaría tener que renovar el carné de conducir con 100 años porque todavía lo necesite –como apareció en las noticias. O tener ganas de dar todos los días un paseo por la playa como muchas señoras de 80 años, que además pintan, manejan el ordenador.
El día 1 de octubre se celebra el Día Internacional del Mayor. ¿Para qué? Para concienciar a la sociedad sobre las necesidades específicas de un colectivo cada vez más numeroso. ¿Y el lema de este año? “Celebrando el 10º aniversario del Año Internacional de las Personas de Edad: Hacia una sociedad para todas las edades”. Ahora se me abre al menos una pregunta, ¿la sociedad no está hecha para todas las edades? ¿O es la propia tercera edad la que no se ve incluida en la sociedad?
Si usted ya es mayor, no espere a que le den un papel en la vida; pídalo y elija de qué quiere ser protagonista. Manténgase ocupado, o mejor dicho, manténgase bien lleno de deseos.
Tal vez usted sea joven y la vejez le pille lejos, pero estaría bien que se observase. Puede que esté lleno de prejuicios acerca de la vejez, los mismo que le van a hacer vivir una vejez apagada. Es decir en usted está ya el germen de persona de tercera edad feliz y satisfecha o de amargado lastimoso. ¡Cada cual se discrimina y excluye! Dime qué piensa de la vejez y ese viejo será.
Puede que usted esté libre de prejuicios y que la tercera edad sólo le despierte compasión, pero puede que ya sea una persona débil, con tendencia depresiva, poco activa, poco social, con pocos compromisos, ¡que viejo podrá haber en usted entonces! Aún todo puede ser distinto. Aún puede hacer otra cosa con su vida.
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