Una de las grandes dudas de la humanidad es saber qué fue primero, si la gallina o el huevo. Pregunta con respuestas dispares, pero que si se aplica a planes de empleo y se circunscriben a Mijas tiene una respuesta clara: primero fue la Renta Básica. 

Reflexión que cobra especial significación en estos días, cuando desde la Junta de Andalucía se ha anunciado la puesta en marcha de un plan de empleo, bajo la denominación de plan contra la exclusión social, cargado de buenas intenciones, pero solo eso. Programa por el cual, en Mijas, se podrían contratar hasta un centenar de desempleados, por un máximo de tres meses y con un sueldo bruto de unos mil euros.

El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Mijas puso en marcha en 2012 un plan de empleo novedoso en el municipio, dotado con 2 millones de euros ese año y otros dos millones en el presupuesto del presente ejercicio. Dinero que ha servido para la contratación de, hasta ahora, más de seiscientas personas durante seis meses, que han cobrado religiosamente sus nóminas a final de mes. Es de suponer que si la Junta de Andalucía activa un plan de empleo, que sería ejecutado por los ayuntamientos en el papel de contratadores, debe garantizar que los desempleados a incorporar al mercado laboral cobren sus nóminas para ayudarles a salir de la exclusión social. Pero, tal vez, eso debe ser mucho pedir a los rectores del gobierno andaluz, porque nadie sabe cuándo recibirán los ayuntamientos y sus maltrechas economías el dinero para pagar a los desempleados que serían contratados en virtud de ese plan de la Junta. O dicho de otro modo, invito yo, pero pagas tú, o lo que es lo mismo la máxima expresión del gorrón.

Y no ha sido la primera vez, ni lamentablemente será la última, que la Junta de Andalucía pone en marcha programas que deben ser ejecutados por los ayuntamientos, y que después ni paga, ni agradece. Y de eso sabe bastante el Ayuntamiento de Mijas, que espera algún día poder cobrar los 1.690.513,66 euros que la Junta debe por diversos programas de formación y orientación laboral, por la restauración del Molino de Harina, por la ayuda a domicilio y, entre otras deudas, por la digitalización de las comunicaciones.

Para rizar el rizo, la Junta pretende ahora que los ayuntamientos, también el de Mijas, activen un plan de empleo autonómico sin financiación a la vista. Cuando Mijas goza de su propio plan de empleo, que funciona desde el año pasado con total satisfacción ciudadana, y con la financiación asegurada.

No obstante, Mijas va a iniciar los pasos pertinentes para formalizar el plan contra la exclusión de la Junta de Andalucía, a falta de que el gobierno andaluz transfiera los más de 330.000 euros con los que poder contratar a los trabajadores y asegurar que estos cobren la nómina.

Tal vez la Junta de Andalucía debería dejar de dudar si primero fue la gallina o el huevo y tomar ejemplo de cómo en Mijas se ejecuta el plan de empleo creado por el equipo de Gobierno que preside Ángel Nozal. Primero es la Renta Básica.

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