La historia de José Luis Peinado es un ejemplo de cómo, a pesar de las circunstancias, en la vida, siempre nos queda un atisbo de fuerza para cambiar las cosas. “Nací en Madrid, una ciudad demasiado grande para mí, por eso, tras dar muchas vueltas, llegué a Mijas hace 7 años”, dice José Luis cuando se le pregunta por su historia.“Tengo 47 años y solo he cotizado 3 meses a la Seguridad Social, no he trabajado nunca”, continúa, “con 23 años probé la heroína, fue un boom que hubo en Madrid, se puso de moda y no teníamos ninguna información de lo malo que era. Yo era un chico sano, de clase media y cuando me quise dar cuenta estaba completamente enganchado, no podía levantarme de la cama, dejé de estudiar, lo dejé todo”, añade.
Un patrón que se repite en el perfil de la gran mayoría de adictos a los estupefacientes, ausencia de información entorno a una lacra que es sinónimo de enfermedad, un mal que afecta tanto a quienes lo consumen, como a sus familiares, amigos y la comunidad que le rodea. “Si hubiese vivido en el 36, me hubiese tocado ir a la guerra, pero me tocó vivir en los ochenta en una gran ciudad”, añade José Luis, asumiendo que su vida es fruto de las circunstancias que le tocó vivir, “ahora el que se droga está muy avisado”.
“Me gustaría haber sido el pescadero del barrio, un tío normal”Un testimonio que tiene un objetivo claro, “me preocupa la gente joven”, dice José Luis mientras espera “que haya más conciencia”. Y es que la adicción, empuja incluso a perder la noción sobre las cosas y sobre el daño que se hace a los demás, “he sido un ladronzuelo, nunca he hecho un robo con violencia, pero tengo casi una docena de condenas por falsificación”, y recuerda que tuvo sus consecuencias, “estuve 5 años en la cárcel”.
Un día, hace siete años, José Luis llegó a Marbella, conoció la zona y se quedó “a vivir en Coín, donde empecé en un programa de ayuda con metadona, al poco me vine a vivir a Mijas”, cuenta Peinado a la pregunta de cómo terminó viviendo en nuestro pueblo. “Ahora, quiero cambiar, romper con mi pasado para afrontar el futuro con dignidad y siendo honesto con los demás”, continúa José Luis, quien ahora espera “servir de ejemplo para muchas personas que tienen problemas con las drogas”. Porque según él, “hay muchas personas que son adictas”, personas que viven una situación que lejos de paliarse con la crisis económica, aumenta, “cuando tienes poco dinero, hay veces en las que la droga es más barata que otras alternativas de ocio y eso es algo muy peligroso”, esgrime José Luis.
Sin embargo, siempre hay un cabo al que agarrarse, hoy día, existen infraestructuras en nuestra sociedad que ayudan a personas como José Luis a salir adelante, a ser capaces de superar su adicción con apoyo psicológico y social. “Quiero dar públicamente las gracias a Carmen Márquez [concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento de Mijas] por la ayuda que me están prestando”, dice José Luis. Y es que desde el Ayuntamiento de Mijas, así como desde la Diputación provincial y la Junta de Andalucía, se realiza una gran labor para que personas como Peinado recuperen su vida.
Además de la atención primaria y del protocolo de actuación que se pone en marcha para ayudar a personas adictas, desde el Centro de Tratamiento de Adicciones de Mijas, ubicado en la calle San Alfonso de Las Lagunas, se desarrollan actividades destinadas a concienciar a los pacientes sobre el drama social que implica la drogadicción. “En el centro, nos ofrecieron hacer un cortometraje de nuestra vida, ‘La mujer y la droga’ se llama, en el que yo soy una especie de punto en común, de enlace, entre las vidas de cada mujer adicta”, apunta José Luis Peinado acerca de un proyecto que cuenta con la colaboración de Mijas Comunicación y que se espera pueda servir de herramienta educativa.
Una realidad, la de José Luis Peinado, que demuestra cómo muchas personas son capaces de enfrentarse a la droga para salir de ella, para recuperar la vida que le quitaron con la primera dosis. “Ahora, me veo muy infantil, como si tuviese 23 años otra vez, para mí ha sido un paréntesis del que salgo. Por eso, ahora quiero vivir”, sigue Peinado, “la gente me ve raro, me ve como un niño ilusionado, me encanta trabajar, estar de buen humor”, un prisma desde el que pide más conciencia ciudadana, así como un mayor espíritu de colaboración social. “Reivindico más humanidad, me doy cuenta que lo que hago se multiplica, yo doy siempre los buenos días, me gusta levantarle el ánimo a la gente y quitarle el mal humor. Le pediría a las personas que recuperasen su contacto con los vecinos”, concluye José Luis.
Un mensaje claro para quienes tienen problemas de adicción: se puede salir de la lacra de la droga, un eslogan que promociona el carácter nocivo de estas sustancias entre quienes se encuentran en riesgo de consumirlas.
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