Cuando nos encontramos ante un problema siempre hay dos maneras de afrontarlo: viendo la botella medio llena o medio vacía. La Asociación de Desempleados de Mijas (ADEMIJAS) ve el recipiente medio lleno.
No hay que caer en el abatimiento, la melancolía o la tristeza. “La asociación surgió cuando un grupo de amigos vimos en 2007 que se formaban colectivos de este tipo en otras poblaciones para tratar de minimizar los estragos de la crisis, sobre todo, con personas mayores de 40 años”, recuerda el presidente de ADEMIJAS, Francisco Tejero.
Se pusieron manos a la obra y actualmente cuentan con 160 socios aproximadamente. “Aunque también integramos gente más joven, nacimos pensando en los mayores de 40 años, que son los que más difícil lo tienen”, aclara Francisco, quien puntualiza que “las personas de menor edad ven el problema del desempleo como algo puntual de esta etapa y que podrán solucionar más adelante”.
Durante este tiempo, han hecho suyo el eslogan de ‘la crisis agudiza el ingenio’. El responsable de ADEMIJAS afirma que “cada año nos inventamos algo nuevo, estar desempleado no significa estar parado, hay que evitar quedarse en casa comiéndose el coco y buscar una ocupación que nos ayude a sentirnos bien”.
Diversidad de actividades
Una de las campañas en que más hincapié están poniendo es la más reciente, precisamente por eso. “En marzo, empezamos a recoger aceite usado a las puertas de los colegios y en los mercadillos; pedimos permiso al Ayuntamiento y después, a los centros educativos para que informaran a los alumnos y sus padres de esta iniciativa”, explica Francisco Tejero.
La asociación ha elaborado un calendario para poder acudir al máximo número posible de emplazamientos. “Tenemos un circuito en La Cala y Las Lagunas para ir cada día a un colegio diferente”, comenta.
“La idea surge porque es una necesidad de los propios ciudadanos, cada vez más concienciados con el reciclaje, que no saben dónde se encuentra el punto limpio o el contenedor o les resulta complicado acudir a ellos”, señala.
Aparte de prestar un servicio a la población, colaboran con el medio ambiente y con personas que lo precisan de manera acuciante. “Antes lo echaban por el fregadero y eso contamina muchísimo, nosotros recogemos las botellas sin coste alguno en puntos de gran afluencia y las llevamos a reciclar; a cambio, la planta de tratamiento nos da una pequeña aportación que nosotros revertimos en familias que realmente lo están pasando mal”.
En lo que va de campaña, teniendo en cuenta que en Semana Santa no abrieron los colegios, se han recogido mil litros de aceite. “Se estima que se necesitan unos mil litros de agua para diluir un litro de aceite; si imaginamos que se pueden producir por familia unos cuatro litros de aceite como mínimo al año estamos hablando de una cantidad muy considerable que debemos reciclar en Mijas”, continúa Tejero.
Por otro lado, psicológicamente supone un acicate para los integrantres del colectivo. “Esta actividad les da algo que hacer y se sienten útiles”, prosigue.
Otras actividades que llevan a cabo en colaboración con el Consistorio es el control de determinados aparcamientos en el municipio, de las barbacoas de El Esparragal y Los Olivos o los aseos del parking de Mijas Pueblo.
Las familias
El aspecto más importante que hay detrás de esta agrupación son los casos más acuciantes. “Familias con dos y tres hijos en situaciones extremas que acuden a Cáritas y Cruz Roja porque no tienen alimentos, en las que primordialmente el perfil del usuario es el del sector de la construcción: albañiles, carpinteros, fontaneros, etc.”, recalca.
Dentro de la asociación existen diferentes situaciones. Por un lado, Juan de Dios Rodríguez es un joven de 25 años que solo lleva unas tres semanas. “Me tratan muy bien, como si fueran familia, y estoy encantado con ellos”, responde. Este voluntario de Cruz Roja y educación vial ha solicitado trabajar en la Renta Básica. “Me encantaría ser pintor, pero si tengo que hacer otro trabajo, no me importa, estoy dispuesto y encantado”, dice.
El caso de Juan Espósito es bien diferente. Casado, con una hija ya independiente, este electricista de 50 años forma parte de ADEMIJAS desde 2012. “Entre semana recojo aceite usado en los colegios y los fines de semana voy a limpiar el parque Los Olivos”, indica. “La gente me ha dado la enhorabuena por lo bien que dejo las barbacoas y los servicios”, destaca.
Juan, que tiene dos hernias discales, subraya que este cambio en su vida ha sido para bien: “Tuve que dejar mi empleo, estaba triste y no dejaba de pensar que no tenía trabajo, que me dolía la espalda, pero ahora parece como si se me hubieran quitado los dolores, salgo de mi rutina, vengo incluso una hora antes y soy feliz”.
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